Padre Flavio, finalmente ha sido reconocido otro milagro de Don
Orione. Se lo esperaba en vista de la canonización. ¿A quién pertenece el
milagro?
El caso de esta cura que la
ciencia ha dicho no explicable científicamente y que los teólogos han dicho
explicable por intersección de Don Orione, atañe al señor Pierino Penacca,
nacido en Momperone, en la diócesis de Tortona, el 14 de mayo de 1912.
¿Qué ha sucedido?
Pierino Penacca manifestó a fines
de octubre de 1990 los síntomas de una grave enfermedad pulmonar, con salidas
de sangre por la boca. El expectorante fue sometido a examen de células en el
Hospital Civil de Alejandría, el 23 de noviembre dio como conclusión “positivo
por células neoplasticas”. Empeorando las condiciones físicas generales el 28
de noviembre sucesivo, el señor Penacca fue internado en el Hospital
San Rafael de Milán donde otras
dos referencias médicas celulares confirmaron el diagnóstico de “cáncer
pulmonar”.
La prognosis aparece
inmediatamente dolorosa y, dada la edad avanzada del paciente, ya en grave
estado de decaimiento, no fue considerada oportuna y posible alguna terapia
específica, ni quimioterapia ni radioterapia. Fue dado de alta el 10 de enero
de 1991, sin cura, dejándolo librado al destino.
¿Cómo anduvo después?
Aquello que no puede la ciencia
lo puede la gracia de Dios. El señor Pierino había conocido de joven a Don
Orione y era muy devoto suyo. La oración a Don Orione que había acompañado la
evolución de la enfermedad, se intensificó cuando fue claro que era
irreversible y la muerte era inminente. Han invocado fervorosamente a Don
Orione, el mismo Pierino y sus tres hijos, algunos sacerdotes orionitas y
también nuestros discapacitados mentales del Pequeño Cottolengo de Seregno,
animados por el enfermero Ennio Meneghini, porque Penacca solía colaborar con
aquella obra orionita. Pero la principal invocación es con certeza referida al
31 de diciembre, y fue realizada por su hija Gabriela inmediatamente después
que les han comunicado el resultado nuevamente doloroso del exámen celular.
Pues bien, a partir de este dato se verificó un rápido restablecimiento de la
salud del señor Penacca.
Pocos días después estaba tan
bien que a mitad de enero pudo ir a San Bartolomeo, al mar, como solía hacerlo
cada invierno.
¿Y el tumor?Desapareció. Del
tumor, primero bien documentado por diversas pericias de sangre y de diversos
hospitales que han examinado, no aparece huella alguna. Así y todo no le fue
dada ninguna terapia. Aquel tipo de tumor, dicen los médicos, no retrocede, más
bien tiene una evolución rápida y lleva a la muerte. A Pierino le habían
pronosticado no más de seis meses de vida.
¿Cómo se reconoció en esta cura
un milagro, como dice el Decreto del Papa?
Se ha hecho un verdadero proceso,
escuchando los testimonios informativos, recogiendo pruebas y documentos
clínicos sobre el caso. La investigación diocesana ha sido desarrollada en
Tortona desde el 4 de enero al 12 de marzo de 1999, precedida por el Obispo
Monseñor Martino Canessa . Después todo el material ha sido transmitido a la Congregación
Vaticana para la Causa de los Santos. Aquí el caso ha sido estudiado con dos
“ojos”: uno científico y uno teológico.
El “ojo científico”, ¿qué cosa ha
visto?
El ojo científico está
constituido por la consulta médica. Al inicio, los expertos de la consulta se
mostraron un poco titubeantes y pidieron otros documentos y profundizar.
Después finalmente, en la reunión del 16 de enero de 2003, la Consejo Médico se
ha pronunciado en plena unanimidad acerca de la no explicación científica de la
cura.
Para decirlo en términos médicos
precisos, en el caso del señor Penacca se ha tratado de un “cáncer pulmonar,
necrótico, de grandes células ampliamente infiltrantes, por la cual, la
regresión espontanea, clínica y celulomorfológica, de tal lesión, con una cura
rápida, completa y duradera y una sobrevivencia del paciente, jamás puesto a
terapia, por otros 12 años, no resulta explicable en términos médicos”. Es de
decir que el querido Pierino ha muerto después, el 2 de abril de 2001 a la edad
de 88 años por causas extrañas al tumor.
¿Y el “ojo teológico” qué ha
indagado?
El otro organismo de indagación
de la Congregación de las Causas de los Santos es la Consulta de los Teólogos.
Estos, en la reunión colegial del 4 de abril de 2003, teniendo adelante el
juicio de la Consulta Médica, han verificado que en la secuencia de tiempo tras
el pronóstico, oración a Don Orione y cura había un nexo de causalidad que hace
pensar en el milagro. Todos, en unanimidad, han respondido afirmativamente que
se trata de un milagro.
La petición en oración a la
intersección del Beato Don Orione ha sido claramente certificado por todos los
testimonios procesales. Varios teólogos han subrayado que entre aquellos que
invocaron a Don Orione por la cura del enfermo, sobresale la oración de la hija
Gabriela: “Fue una experiencia espiritual particularmente intensa,
circunstancial y con una consiguiente e inmediata convicción de haber sido
escuchada. A partir de este dato se verificó una rápida recuperación de la
salud del paciente”.
Hasta este punto está todo claro
¿Qué cosa hacía falta todavía?
Recordemos que médicos y teólogos
son los expertos, los consultores. El juicio competente que hace una síntesis
de todos los elementos atentamente examinados es dado por la Congregación de
los Cardenales. Estos se han reunido el 3 de junio y han juzgado por unanimidad
que se trata de un milagro atribuido al Beato Luis Orione.
¿Cómo se ha desarrollado la
reunión de los Cardenales?
De esto no sé mucho, porque queda
reservado. Sé sólo que eran 14 y que el Relator ponente de la causa ha sido el
Obispo de Velletri (Italia), Mons. Andrea Maria Erba.
Y ahora que ya está el Decreto,
¿qué pasos hay que seguir?
La última palabra depende del
Papa, quién ha sido informado con una breve relación de todo el caso. En el
acto público y solemne con su presencia del día de hoy (NdlR: lunes 7 de julio
de 2003), del cual ha participado el Superior General de la Obra Don Orione, P.
Roberto Simionato, se promulgó el Decreto sobre el milagro atribuido a la
intersección de Don Orione.
Frente a la pregunta que todos
nos hacemos: ¿cuándo el Beato Luis Orione será proclamado santo?, cabe recordar
que en los últimos decenios, cuando es reconocido un milagro atribuido a la
intersección de un beato, hasta que el Papa lo proclama “santo” pasa un período
de tiempo relativamente corto. Tal decisión es tomada por el Papa, después de
haber consultado a todos los cardenales en una solemne reunión eclesiástica. Se
recuerda que en la canonización está comprometida la infalibilidad.¿Cuando será la asamblea?Normalmente
el Papa tiene una asamblea al año para proclamar algunos “santos”, casi siempre
en febrero. Por consiguiente, salvo una programación diferente, la asamblea que
considerará también a Don Orione debería darse en el próximo febrero de 2004.
Después de eso, solo faltará la solemne celebración de la canonización. Por
ahora, evidentemente no es previsible la fecha.Imagino su alegría como
postulador por este resultado obtenido.Sí, grande. Porque pienso a Don Orione
en el paraíso; porque pienso en los centenares de millones de personas que
esperaban y se alegrarán por este evento, porque pienso que Don Orione Santo,
quiero decir su mensaje y su intersección, harán el bien a la Iglesia de hoy y
a su Pequeña Obra de la Divina Providencia. EL MILAGRO DE DON ORIONE
Pierino Penacca es curado
milagrosamente
Natural de Momperone (AL), clase
1912, tanto él como su mujer conocieron personalmente a Don Orione cuando eran
jóvenes. En los últimos meses de 1990 le aparecieron síntomas de un “carcinoma
pulmonar, necrótico, de células grandes, vastamente infiltrante”. Fue dado de
alta del hospital porque, teniendo en cuenta sus pésimas condiciones generales
de salud y la edad (tenía entonces 78 años), no era posible practicarle la
quimioterapia ni la radioterapia. Pierino, los hijos, algunos sacerdotes y
amigos orioninos, y hasta los discapacitados del Pequeño Cottolengo de Seregno
invocaron a Don Orione.
Sorprendentemente, e
inexplicablemente, se produjo una curación rápida que no dejó huellas del
terrible tumor ni en su cuerpo ni en los resultados de los múltiples exámenes
de todo tipo a que se sometió en los once años sucesivos. En esta curación,
inexplicable para la ciencia, la Iglesia ha reconocido un milagro atribuido a
la intercesión del beato Luis Orione.
“Papá se repuso bien y rápido”,
afirmaron unánimemente sus hijos. No hubo más partes médicos o manifestaciones
que aludieran a la enfermedad. Pierino volvió a su vida normal: trabajaba en el
campo, hacía de carpintero, tocaba el acordeón. Se mantuvo siempre animado
hasta pocos meses antes de la muerte, que tuvo lugar el 2 de abril de 2001, con
casi 89 años, por causas ajenas al tumor.
Fue su médico de cabecera quien
empezó a albergar sospechas, desde el punto de vista científico, sobre lo que
había ocurrido. Pero los familiares, que habían guardado silencio sobre el
carácter prodigioso de la curación, tenían una explicación, la cual
testimoniaron ante quienes llevaban adelante la causa de canonización de Don
Orione.
Testimonios de la familia
Palabra de los peritos médicos
Palabra del P. Postulador de la
causa
El
milagro anterior
He aquí algunos trozos del
testimonio presentado el 30 de enero de 1999, durante el interrogatorio
diocesano de Tortona.
Sobre mi estado de salud antes de
ir al hospital recuerdo solamente que me sentía mal. Recuerdo que me salía
sangre de la boca y que me sentía muy débil. También recuerdo poco de mi
estadía en el hospital; recuerdo más fácilmente las cosas lejanas, de mi
juventud, que las recientes.
Después de haber salido del
hospital, comencé a sentirme bien. Hasta fui al mar ese año en enero, porque
nunca he dejado de ir al mar durante el invierno. Pero no recuerdo bien.
Después de ese año, nunca he estado en cama por enfermedad, ni he vuelto jamás
al hospital.
Mire, yo siempre le he rezado a
Don Orione. Recuerdo cuando Don Orione venía al pueblo a pedir las ollas rotas
para hacer la estatua de la Virgen de la Guardia de Tortona. Recuerdo que Don
Orione me ha hecho la gracia cuando me tocaba ir a la guerra. Antes de partir,
fui a mi pueblo, y con mi mujer fuimos al santuario de Tortona a pedirle a Don
Orione la gracia de no tener que ir al frente. Hacía poco que había muerto Don
Orione, y estaba sepultado en la cripta. Le supliqué que me hiciera quedar
cerca de casa, porque estábamos atravesando una situación precaria: mis padres
ya eran viejos y enfermos, y también mi mujer estaba enferma; además de
nuestros hijos, teníamos los cuatro hijos de mi hermano, que había muerto unos
años antes a los 37 años. Un Mayor del ejército de Tortona, al conocer mi
situación, sin que yo se lo pidiera me destinó a la compañía antiaérea de
Tortona y así me libré de ir al frente. Después, como sabía música me pusieron
de trompetista, y con eso me libré también de disparar y de hacer la guerra.
Siempre he tenido mucha confianza en Don Orione y le rezo siempre. Si estoy
curado, tengo que agradecer al Señor y a Don Orione.
Ahora que estoy viejo, mi salud
es bastante buena. Tengo que hacer inhalaciones y tomar medicamentos pero,
gracias a Dios, sigo bien. En estos últimos años no he tenido enfermedades
graves.Don Orione me ha hecho ya otras gracias y me ha protegido también en
esta enfermedad. Yo no sé qué decir sobre este hecho. Sólo me queda agradecer
al Señor y a Don Orione.
Testimonios de la familia
Toda la familia ha rezado – ha
afirmado la hija Gabriella Penacca -. Don Orione ha estado siempre presente en
la familia, con su recuerdo y su devoción. Lo había conocido mamá, que es de
Tortona (los “Cascinotti”); y lo había conocido también papá. Yo sabía de la
gracia que le había concedido de no partir para la guerra y de que era el único
que no partió.
El hijo Fiorenzo
Mi hermana me exhortaba a rezarle
a Don Orione, apoyándose en el hecho de que soy un antiguo alumno de Don
Orione… Don Orione es mi “protector” desde siempre … le rezo todos los días. Y
por supuesto que le recé por la salud de papá..
La hija Isaura
Cuando Gabriella me comunicó el
diagnóstico del tumor hecho en el San Rafael, el último del año 1990… al día
siguiente fui al santuario de la Virgen de la Guardia, en Tortona; pasé
directamente a la urna de Don Orione, ante la cual hice esta súplica: Sé que
papá está muy grave; Don Orione, si puedes, pide al Señor que nos lo deje
todavía un poco más. Todos nosotros hemos tenido siempre confianza y
confidencia con Don Orione, siguiendo el ejemplo de papá y mamá.
La hija Gabriella
Cuando a las 18 de aquella tarde
(del 31.12.1990) supe del diagnóstico infausto de mi papá, quedé muy afectada.
Después de la cena, papá se quedó dormido y yo bajé a la capilla del hospital
San Rafael. Llevaba conmigo una reliquia de Don Orione, la tenía en la mano y
la apretaba fuerte. En la capilla pensaba en papá … y recé: Don Orione, dile tú
(a Dios) que me deje a mi padre! Esa tarde he rezado y hablado a Don Orione
mientras apretaba fuertemente una reliquia de Don Orione, casi hasta provocarme
dolor … Después de la oración, y después de ese sufrimiento interior, me entró
enseguida una grande tranquilidad que no sentía como nacida de mí. Tomé los adornos
para hacer una fiesta de fin de año vestida de árbol de Navidad y, de acuerdo
con la enfermera, pasé por el pabellón saludando a todos, deseándoles felices
fiestas, y repartiendo golosinas y espumante. Me sentía contenta y serena
porque a papá lo había puesto en buenas manos.
Don Angelo Pellizzari, orionino
La familia Penacca es totalmente
una familia “orionina”, comenzando por la mamá, una santa, que lo había
conocido y le tenía una gran devoción. Creo en la oración que todos hemos hecho
a Don Orione.
Don Giuseppe Sorani, orionino
Se recurrió a la oración
invocando al Señor y a Don Orione. Sobre el nexo entre el peligro de muerte en
que estaba Pierino, la oración a Don Orione y la curación, yo estaba en
conocimiento desde entonces.
Ennio Meneghini, enfermero y
amigo de la familia
Todos juntos queríamos obtener
esta gracia. Teníamos reliquias de Don Orione con las que rezábamos. Hemos
rezado mucho, incluso con los muchachos discapacitados del Pequeño Cottolengo.
Después sentí una seguridad y me dije: tranquilo, todo saldrá bien.
Entrevista al Profesor Paolo Boccato
Docente de Anatomía Patológica y
de Citodiagnosis de la Universidad de Padua.
1-Profesor Boccato, ¿como y
cuando ha intervenido en el estudio de la cura, que después ha sido declarada
milagro por intersección de Don Orione?
En el 2001 fui interpelado por
una opinión del Profesor Ezio Fulcheri, anatomopatologo de la Universidad de
Génova y sucesivamente por Don Flavio Peloso, Postulado General de la Causa de
canonización del Beato Don Orione, relativamente por un problema interpretativo
de diagnosis citológica sobre algunas pericias resaltadas en 1990
pertenecientes a un paciente, el señor Pierino Penacca, que en esa época se lo
había adjudicado afecto por un tumor maligno pulmonar que lo estaba llevando a
la muerte.
Examinados los preparados
citológicos (exámenes de células), afortunadamente recuperados a distancia
después de tantos años, non tuve duda alguna que se declarara una neoplasia
maligna del pulmón, pero sugerí un diagnóstico de tumor de “alto grado”,
seguramente ya insinuado, que habitualmente implica una prógnosis dolorosa a
corto plazo y que se diferenciaba por fase y definiciones histopatológicas por
cuanto interlocutoriamente ya propuesto por otros colegas Patólogos, lo que
había implicado dudas y perplejidad sobre la gravedad de la enfermedad y sobre
la irrevesibilidad de la misma.
2- ¿Es exactamente clara la
inexplicabilidad científica sobre la cura?
Yo tengo la absoluta certeza que
en 1990 el señor Pierino Penacca (el cual fue sometido en aquel momento a
alguna aliviada terapia sintomática por la tos, la hemoptisis (hemorragia
pulmonar caracterizada por la expectoración de sangre) y el estado pre –
agónico) era afectado por un “cáncer pulmonar, necrótico de grandes células
ampliamente derramables” . Tal neoplasia , inequivocablemente documentada por
los análisis de células e improvisamente desaparecida (clínicamente y en todos
los sucesivos controles clínicos, radiológicos, y anatomopatológicos) y ha
demostrado un comportamiento que no puede en algún modo ser explicado en
términos médicos.
3- ¿Usted, como hombre de
ciencia, como ha visto este caso clínico desde el aspectos espirituales?
Yo no soy un hombre de ciencia,
la pregunta es demasiado cortes: me considero, como mis Colegas Citopatológicos,
un anatomopatólogo que estudia al microscopio las modificaciones morfológicas
celulares en las diferentes enfermedades, nosotros definimos por consiguiente
estas enfermedades sub especies morfológicas y la nuestra no es una ciencia
sino, si me permite, el arte (ligado a la experiencia) de identificar
correctamente una neoplasia (y no solo una neoplasia), definir sino “nombres y
apellidos” , y formular, sobre la base de los datos de la literatura médica,
criterios de comportamientos futuros de la misma, en otras palabras una
prognosis.
El caso clínico del cual
tratamos, en el cual he estado profundamente vinculado, ha sido para mí, médico
morfológico, visto en la certeza del diagnóstico, le aseguro tal vez formulada
a la primera ojeada microscópica pero, ciertamente, profundamente meditada, el
cual ha correspondido sucesivamente al convencimiento favorable de muchos
colegas interesados en el caso.
El aspecto espiritual, sobre el
cual tantas voces religiosas competente se han favorablemente expresado después
del voto (por unanimidad) de la Consulta Médica, ha ciertamente profundamente
marcado el animo de quien le habla, y estoy muy agradecido a Quien ha querido
que un morfologo, como yo, haya tenido la ocasión de profundizar y humildemente
meditar sobre “como” una enfermedad mortal pueda ser improvisamente curada:
todo esto, verdaderamente tiene para mí un privilegio, colmado de dudas e
incertezas de mi pasado
Entrevista al Profesor Ezio Fulcheri
Profesor de Anatomía e Histología
Patológica de la Universidad de Génova y de Paleontología de la Universidad de
Torino
1- Profesor Fulcheri, Usted ha
seguido el caso como Perito de la Postulación, ¿ha sido fácil la marcha del
examen científico de la cura del Señor Pierino Penacca?
Fácil no. Sobre todo no inducir
en error a la humanidad del juicio de la Consulta Médica lograda al final.
Sobre la cura no había dudas; sobre la terapia el documento fue insistente; la
atención fue puesta sobre todo en el diagnóstico. El diagnóstico de la
neoplasia maligna era fundada esencialmente sobre los exámenes citológicos,
además se confirmaba de otras manifestaciones clínicas como astenia, tos,
disnea, decaimiento de las condiciones generales, anorexia, merma de peso. La
Consulta Médica pide una mas profunda investigación citologica para confirmar
con certeza el diagnóstico de la enfermedad. En efecto, la citopatologia
diagnóstica es probadora y verdadera para el diagnóstico. Fue en este punto
donde yo fui consultado.
2- ¿Y Usted a que conclusión
llegó? Recuerdo bien la postura con la cual me dispuse al estudio microscópico:
debería encontrar si acaso fuera, la prueba de que la neoplasia era maligna y
que era ya en estado de invasión por lo tanto irreversible. Encontré las
señales de la enfermedad y de la invasión, que documenté con fotografías y
filmaciones: presencia de mitosis atípicas, de detritos celulares necróticos,
de abundante estado inflamatorio y de hematomas típicas del sangrado en el
acto. Un similar juicio fue dado, y repetido varias veces, también por el profesor
Aranldo Capelli, de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Roma, perito
consultado por la congregación vaticana.
3- ¿No quedaban dudas entonces?
Aún mas resolutoria fue la
investigación conducida por un ilustre maestro de citología, el Profesor Paolo
Boccato de Padua. El, de un lado, ha confirmado el diagnóstico citológico
maligno, y esto en acuerdo con todos los precedentes diagnósticos, pero sobre
todo ha precisado el histotipo de la neoplacia mostrando, con convincentes
documentos fotográficos del microscopio, tratarse de un “carcinoma de grandes
células indiferenciadas” , este tipo de neoplacia maligna es infiltrante y no
prevee precursores de forma iniciales “in situ”. La regresión espontánea,
clínica y citomorfológica de tal lesión, sin alguna terapia – como sucedió en
el caso del señor Penacca- , no resulta explicable en términos médicos. Esto ha
deshecho cada duda por lo cual la Consulta Médica se ha pronunciado por
unanimidad a definir la enfermedad de Penacca “carcinoma pulmonavastamente
infiltrante”, con “con prognosis dolorosa quoad vitam” y “terapia inexistente”,
por la cual “la cura rápida, completa y duradera, no es explicable
científicamente”.
4- Gracias por la clara
explicación del caso desde el punto de vista médico. ¿Qué sentimientos ha
probado desde el punto de vista humano al tratar este caso clínico sabiendo el
contexto de fe y devoción dentro del cual se colocaba?
El patólogo es llamado, en el
campo médico, a reconocer y describir las enfermedades, como se presentan y
como evolucionan normalmente. Su profesionalidad se basa sobre la evidencia de
las cosas y sobre la habilidad interpretativa de eso que ve, vale decir sobre
la objetividad. En un caso como el de Penacca, me he encontrado en la condición
de no poder explicar científicamente la evolución de la enfermedad, al
contrario, de tener que negar la existencia, en un tiempo sucesivo. Tomás debes
tocar para creer, para mí se ha dado el caso de tener que reconocer que no
existía mas en un tiempo sucesivo eso que había visto ser precedentemente.
El milagro de la Beatificación
de Don Orione
La historia de Jorge Passamonti y
de su milagro comienza silenciosamente con un malestar, que siente a fines de
Marzo de 1944; malestar al que el médico no le acuerda ninguna importancia y
que no impide a Jorge asistir algún que otro día a clase.
Tiene 14 años, frecuenta el
primer año del ciclo medio superior de orientación científica, y no es
ciertamente de esos chicos a los que les gusta con exceso el estudio.
Con el pasar de los días, después
de una aparente mejoría, los síntomas se vuelven alarmantes. La fiebre baja, y
al malestar se añade una extraña rigidez muscular.
Aún no se diagnostica la
enfermedad, pero cuando Jorge pierde el reflejo de deglución y comienza a
faltarle la vista, se ve la necesidad de llevarlo al Hospital.
Entonces la madre, antes de que
abandone la casa, pide que le administren los últimos sacramentos. En el
Hospital de Lodi, se improvisa un lecho en una salita, depósito de muebles
fuera de uso.
El Jueves Santo, 6 de Abril, la
enfermedad del muchacho tiene ya nombre; se trata de meningitis tuberculosa.
Los médicos se sienten impotentes
y primero dejan entender y luego declaran abiertamente, con suavidad y pesar,
que no hay nada que hacer. En 1944 aún no se conoce en Italia el uso de los
antibióticos. De meningitis se muere; y si alguno sobrevive, quedará reducido a
vida vegetativa, a causa de los gravísimos handicaps que produce.
El 7 de Abril, Viernes Santo,
aumentan los síntomas mortales. Jorge está en coma, no llega a tragar ni una
gota de agua. Lo más que puede hacer su madre es humedecerle los labios
resecos.
Por la tarde pasa el Obispo Mons.
Colchi Novati, y las hermanas le piden una bendición especial para ese
muchachito que se está yendo. El obispo va al lecho y recita en alta voz las
oraciones para los moribundos.
“Al anochecer, narra la Sra.
Passamonti, viene el director, Dr. Pedrimoni, me dice que el muchacho no
llegará a la mañana, y me pregunta si tengo la ropa lista para vestirlo.
Jorge -continúa la Señora
Passamonti-, estaba con una bolsa de hielo en la cabeza. Yo que no sabía a que
Santo recurrir, había deslizado debajo de la bolsa una estampa con la imagen de
Don Orione. La había traído a casa de una de mis hijas, que la había recibido a
su vez de una maestra.”
Hacía cuatro años que Don Orione
había fallecido, y la fama de sus virtudes cristianas estaba entonces muy viva.
Se trataba en todo caso de una devoción nueva, y puede ser que la Sra.
Passamonti pensara que un santo que hace poco que está en el cielo tenga más
milagros a disposición.
“Pero yo, continúa ella, no le
pedía la gracia de que me salvara a mi hijo. Me parecía pedir demasiado. Le
pedía solamente que durara unas horas más, para que su padre, que estaba de
viaje desde S. Remo, pudiera verlo aún con vida.
El año anterior, cuando
falleciera otro niño, su padre no había llegado a tiempo para saludarlo. Y
ahora este se nos iba a ir..... Decía a Don Orione: ¿Qué son para ti unas pocas
horas? Tienes toda la eternidad a tu disposición. Di al Señor que conserve con
vida a Jorge hasta la mañana, cuando llegue el tren con su padre”.
“Sería las dos de la
mañana-agrega la Sra. Passamonti- cuando Jorge de repente se sentó en la cama,
y él, que desde hacía días no hablaba, me dice: `Mamá, mamá, ¡qué luz, qué
luz!`. A lo que yo, a mi vez le contesto: ´¿Pero dónde está la luz, Jorge? Será
la luz del Señor que viene a llevarte. Quédate tranquilo. Reza por tu papá.
Feliz de ti, que te vas al cielo.
Tampoco yo me daba cuenta de lo
que decía, porque estaba convencida de que Jorge se nos estaba yendo de veras.
Por el contrario, acierto punto, él me dice: “Sabes, mamá, ya no me muero más”.
Se apoya en mi brazo y queda con la mirada fija en un rincón de la pieza. Luego
agrega: “Ahora, duerme tú también”.
Imaginarse si yo estaba entonces
con ganas de dormir. Pero él seguía insistiendo para que durmiera. Entonces
para complacerlo, me envolví en una frazada, y fingí que me dormía sentada en
una silla.
Pero él no se dejaba engañar,
quizá porque intuía que tenía los ojos bien abiertos.
“Te dije que duermas, no finjas”
Luego sucedió que hubiera creído
imposible. Me dormí de veras, y cuando me desperté era ya el alba, y Jorge
estaba extendido con una calma que me hubiera parecido la de la muerte. Y
pensaba dentro de mí: ¡qué madre que soy!¡Dormir mientras un hijo muere!
Perdóname Jorge, no lo hice queriendo.
Pensé luego que debía comenzar a
limpiar la pieza, y fui a buscar una escoba. De vuelta, encontré a Jorge
sentado en la cama, embebiendo un pan negro con una taza de leche, y sin darme
tiempo a hablar, me dice:
“¿Mamá, no hay más pan? Este se
acaba. Tengo mucha hambre, me siento del todo vacío.” Corrí entonces afuera a
llamar a la hermana: Hermana, venga que mi hijo está comiendo.
La religiosa pensaba que yo
desvariaba a causa del gran dolor. Son cosas que pasan. Pero cuando entró en la
salita y vio ella también que Jorge mojaba el pan en la leche, se apoyo en la
puerta como si se estuviera desmayando. No te muevas, que voy a llamar al
doctor.
¿Qué podía hacer el doctor? Venir,
verificar que la fiebre de 42 había bajado a 36, que los síntomas de la
meningitis habían desaparecido, para decir luego: “Señora, no se haga
ilusiones; quizás sea una mejora transitoria”.
“¡Pero que mejora transitoria!
Exclama la Sra. Passamonti. Por la tarde la noticia de la curación se había
extendido ya por toda la ciudad, y al día siguiente la pieza de Jorge estaba
llena de gente, compañeros de colegio y las respectivas madres que le traían
bizcochos, caramelos y miel. Y él comía de todo, con gran disgusto del doctor,
que decía: “¡Qué gente sin cabeza! Queréis hacerlo volver al estado de muerte.
Jorge insistió para dejar cuanto
antes el hospital y volver a clase.
Con el tiempo desapareció también
el estrabismo y no apareció ninguna de las secuelas más temidas. Más aún, Jorge
no solo no perdió el año, sino que fue promovido con honor pudiendo continuar
con los estudios hasta graduarse de ingeniero.
En los años siguientes su caso
fue examinado varias veces por teólogos y médicos; se redactó un informe clínico
de 150 páginas; fueron interrogados los testigos, y se confrontaron las
deposiciones y datos.
La curación resultaba repentina y
perfecta, como se exige para un milagro. Cuando luego, la causa de
beatificación pasó a Roma, éste fue el caso elegido y estudiado por los jueces.
Cómo se llega a ser Santo
Desde la época del papa San
Clemente en el siglo I, se empezaron a investigar los procesos y las actas de
martirio de los cristianos que habían sido sacrificados en tiempos de las persecuciones
del imperio romano.
En los primeros siglos del
cristianismo, se hicieron famosas las peregrinaciones como la ruta de Santiago
de Compostela en España, o la tumba de los santos apóstoles Pedro y Pablo en
Roma.
El papa Sixto V, creó en el año
1588 la congregación para la de la Causa de los Santos, quienes investigan
cuidadosamente todos los detalles de la vida, los escritos y los milagros de
los “presuntos” siervos de Dios.
Dejando de lado el caso de los
mártires, que no necesitan seguir el proceso ordinario para llegar a los
altares, los pasos que se siguen son los siguientes:
1- Si luego de pasado un tiempo
prudencial (hasta hace poco se exigían al menos 50 años) de la muerte se
extiende la fama de santidad y un grupo de fieles lo solicita el obispo del
lugar donde murió el, desde ahora en adelante llamado, “siervo de Dios” inicia
un proceso de información que reúne testimonios de personas que lo han conocido
o han escuchado hablar de él a quienes lo conocieron.
2- El material recogido es
enviado a la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos (uno de los
dicasterios o ministerios de la Curia Romana) donde un Postulador lo defiende
ante los abogados que determinan si hay elementos suficientes para pensar que
la fama de santidad del siervo de Dios es fundada.
3- Se estudian todos los
escritos, publicados o no, del siervo de Dios y se determina su ortodoxia (su
fe expresada en sus escritos es conforme a la de la Iglesia).
4- Se imprime un documento
llamado positio, en donde se defiende la heroicidad de las virtudes del siervo
de Dios y su sana doctrina, que los cardenales y miembros de la Congregación
analizan.
5- El resultado de este análisis
es presentado al Papa quien si lo juzga oportuno autoriza que se siga adelante
abriendo oficialmente el proceso apostólico.
6- En tres reuniones de
importancia llamadas congregaciones ante preparatoria, preparatoria y general
se discuten las objeciones al caso y el postulador defiende la causa.
7- Si la resolución es favorable,
se presenta al material al Papa que si está de acuerdo, proclama el grado
extraordinario de sus virtudes y declara “Venerable” al siervo de Dios.
8- Se espera ahora una
confirmación celestial por medio de un milagro que al darse será examinado por
un grupo de peritos médicos. Si el dictamen de los peritos es positivo se
presenta nuevamente el informa en una congregación al Papa que puede decidir la
beatificación del venerable permitiendo recién entonces el culto público aunque
restringido a alguna familia religiosa y/o algunas diócesis.
9- La canonización tiene como
condición un nuevo milagro y la única diferencia con la beatificación es la
extensión a todo el orbe del culto al nuevo santo.
Hay que aclarar que ningún
santo(a) -incluyendo a la virgen María- pueden hacer un milagro.
Itinerario de la causa de
canonización
1. Hacia la beatificación
• La causa de beatificación y
canonización del Beato Luis Orione se inicia en 1947, siete años después de su
muerte.
• El proceso informativo se
celebra en Tortona desde el 17 de enero de 1947 al 7 de febrero de 1951.
• Se llevan a cabo tres Procesos
de rogatoria:
en Genova, de 1947 a 1950;
en Roma, de 1948 a 1949;
en Milán, de 1947 a 1949.
• El Decreto sobre los escritos
es del 25 de noviembre de 1956.
• La Causa es introducida en la
Congregación de los Ritos con Decreto del 13 de marzo de 1963.
El Proceso Apostólico tiene lugar
en Tortona, del 4 de marzo de 1964 al 3 de marzo de 1967, y en Messina, del 9
de febrero de 1965 al 8 de febrero de 1967.
• El Proceso sobre el presunto
milagro tiene lugar en Lodi, el ordinario en 1957 y el apostólico entre 1964 a
1965.
• El Decreto sobre las virtudes
heroicas es promulgado el 6 de febrero de 1978.
• El Decreto sobre el primer
milagro es del 13 de abril de 1980.
• El Santo Padre Juan Pablo II lo
proclama BEATO el 26 de octubre de 1980.
2. Hacia la canonización
4 enero al 12 marzo 1999
Investigación diocesana, en
Tortona, sobre el caso de la curación del Señor Pierino Penacca.
14 de mayo 1999
Decreto sobre la validez de la
Investigación diocesana.
16 de enero 2003
Consulta Médica con resultado
positivo por unanimidad (6/6) acerca de la “curación rápida, completa y
duradera, sin ninguna terapia, del Señor Pierino Penacca del carcinoma
pulmonar, necrótico, en grandes células, bastamente infiltrantes,
científicamente no explicable”.
4 de abril 2003
Encuentro especial de los
Teólogos Consultores con voto favorable por unanimidad acerca de la
sobrenaturalidad de la curación de Pierino Penacca.
3 de junio 2003
La Reunión Ordinaria de los
Padres Cardinales y Obispos, examinado el estudio de la Consulta médica y del
Congreso de los Teólogos, reconoce la sobrenaturalidad de la curación
examinada.
7 de julio 2003
En presencia del Santo Padre Juan
Pablo II, se promulga el Decreto sobre el segundo milagro.
19 de febrero 2004
Durante el Consistorio ordinario,
teniendo en cuenta el parecer positivo de los Cardinales, el Santo Padre decide
inscribir al Beato Luis Orione en el elenco de los Santos y celebrar el rito de
canonización el 16 de mayo próximo.
Quiénes son canonizados junto a Don
Orione
-Aníbal María de Francia
(1851-1927), sacerdote italiano, fundador de las Congregaciones de los Padres
Rogacionistas del Corazón de Jesús y de las Religiosas Hijas del Divino Celo.
Su carisma es el de la oración y la acción por las vocaciones.-José Manyanet y
Vives, sacerdote, fundador de la Congregación de los Hijos de la Sagrada
Familia de Jesús, María y José y de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia
de Nazaret. Nació el 17 de enero de 1833 en Tremp (España) y falleció el 17 de
diciembre de 1901 en San Andrés de Palomar. Impulsó la espiritualidad familiar
y promovió la construcción del templo de la Sagrada Familia de Barcelona del
arquitecto Antoni Gaudí, cuya causa de beatificación está en marcha.
-Nimatullah Al-Hardini (Joseph
Kassab), sacerdote religioso de la Orden Libanesa Maronita, nacido en 1808 en
Hardine (Líbano) y fallecido el 14 de diciembre de 1858 en Kfifane (Líbano). En
el silencio del monasterio se dedicó a la oración, a la enseñanza de la
Teología y al trabajo manual. Entre sus alumnos se encontraba san Charbel
Maklouf.
-Paola Elisabetta (en el siglo
Costanza Cerioli, viuda Busecchi-Tassis), fundadora del Instituto de la Sagrada
Familia y de la Congregación de la Sagrada Familia. Nació el 28 de enero de
1816 en Soncino (Italia) y falleció el 24 de diciembre de 1865. Perteneciente a
una familia rica y noble, se quedó viuda siendo joven. Habiendo perdido a sus
cuatro hijos, se dedicó a atender a los niños y muchachos pobres del campo.
Fundo dos congregaciones, una femenina y otra masculina, para su educación.
-Gianna Beretta Molla. Médico,
esposa y madre de familia; perteneciente a la Acción Católica. Nació el 4 de
octubre de 1922 en Magenta (Italia), falleció el 28 de abril de 1962. En su
cuarto embarazo, aceptó el riesgo de la muerte por cáncer antes que abortar a
la niña que gestaba.
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