Es necesario que en
cada uno de nuestros pasos surja y florezca una obra de fraternidad, de
humanidad, de caridad purísima y santísima, digna de los hijos de la Iglesia,
nacida y brotada del Corazón de Jesús. Se necesitan obras de corazón y de
caridad cristiana. Y todos les creerán!
(Don Orione)
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