domingo, 29 de junio de 2014

DON ORIONE Y EL PAPA !!!!!

«Don Orione fue siempre de la Iglesia y del papa»
Su fidelidad de niño al sucesor de Pedro y su gran caridad asombraron a los pontífices que lo conocieron. A algunos incluso antes de subir a la cátedra de Pedro. El prefecto de la Congregación para las causas de los santos perfila la relación entre don Orione y los papas del siglo XX
por el cardenal José Saraiva Martins
 
 
     
 


     Don Orione escribió en una hojita de papel las palabras esenciales del epígrafe que le hubiera gustado para él. Decía: «Aquí descansa en la paz de Cristo el sacerdote Luis Orione, de los Hijos de la Divina Providencia, que fue todo y siempre de la Iglesia y del Papa. Rezad por él» (Summarium, p. 978). Quien conozca aunque sólo sea un poco la vida de aquel al que Juan Pablo II ha definido «una genial expresión de la caridad cristiana», sabe que el amor filial al papa es la nota dominante y caracterizante del santo cura de Tortona. «Mi fe es la fe del Papa, es la fe de Pedro» (Scritti, 49, p. 116). Es su lección de vida, destinada no solo a los orioninos, a los cuales les dijo: «Esta es la herencia que os dejo: que nadie nos debe superar nunca en el amor y la obediencia, las más plena, la más filial, la más dulce al Papa y a los Obispos» (Scritti, 20, p. 300). Pero su franca y radical fidelidad al magisterio del papa, vivida abiertamente, profesada y proclamada siempre, sobre todo frente a hechos y pensamientos que la amenazaban, en vez de ser señal de fanatismo sectario, es condición para un abrazo de caridad universal, es nota esencial de una espiritualidad abierta, sin límites. Una fidelidad-unidad que no fue para don Orione freno en su avance, «a la cabeza de los tiempos», como decía, sino garantía, punto de referencia, «seguridad de pisar las sendas de la Providencia» (Scritti, 61, p. 215) con valor de pionero y clarividencia, en fronteras de acción no exploradas todavía, en abrazos que parecían imposibles o incluso prohibidos, con algunos hombres del modernismo y con personalidades de la cultura y de la vida pública que seguían caminos de pensamiento y acción muy distintos de los de la Iglesia.
     De hecho, con esta profunda devoción al sucesor de Pedro, estuvo «al lado de los papas», de cinco papas. Los cuales le llamaron en varias circunstancias y le confiaron cuestiones espinosas y delicadas, y a los cuales don Orione prestó con inteligencia servicios incluso muy personales y, a veces, heroicos. Tocando el tema de la relación filial de don Orione con los papas, entramos en el núcleo de la espiritualidad y de la historia de este humilde, singular y santo sacerdote. Y leyendo sus biografías no es difícil captar algunos datos de su acción al lado de los papas que subieron al solio de Pedro durante el siglo XX.

     
Don Orione nació en 1872, dos años después de la  toma de Roma, en la época de la desgarrada Cuestión romana y del pontificado del beato Pío IX. No tuvo la ocasión de conocer personalmente a ese Papa, pero percibió, en los años de su formación, el clima de conflicto que lo rodeaba, como también la fuerte “piedad papal” difundida en amplios estratos del catolicismo italiano.

 


 
     En 1892, clérigo de veinte años, preparó una publicación, El mártir de Italia, con la que quería mostrar el valor del Sumo Pontífice y denunciar las muchas falsedades ideológicas y políticas cometidas contra su persona y su obra. «Pío IX», escribía don Orione, «fue la figura más grande de nuestro siglo, el esforzado desenmascarador de la revolución falseada en todas las formas, el amigo y el benefactor de los pueblos, el invicto atleta de la verdad y de la justicia: sus obras serán inmortales y su largo pontificado, de 32 años, formará en la historia de la Iglesia y de la Patria una de las épocas más luminosas» (Messaggi di don Orione, n. 102, p. 31).
     
En 1904 don Orione fue quizá el primero que intervino ante el recién elegido Pío X para animarle a instruir la causa de canonización de su predecesor: «Mi Beatísimo Padre, postrado a vuestros pies benditos humildemente os suplico que os dignéis poner en marcha la Causa del Santo Padre Pío IX y os animo a glorificarlo» (ibídem). La causa se abrió y durante algún tiempo don Orione fue el vicepostulador.
     
El primer Papa que don Luis Orione conoce personalmente es León XIII. El impulso y las ideas del papa Peci en favor de una presencia menos defensiva y más emprendedora de los católicos en la vida social inflamaron de altos ideales y de santos proyectos al joven Orione, durante su época de formación en el seminario y del comienzo de su nueva Congregación. No cabe duda de que la huella en don Orione de la espiritualidad y de la acción pastoral marcadamente encarnadas en lo social procede del magisterio y de las directivas de León XIII, con quien estaba en gran sintonía. Rastro indeleble de esto quedó en las primeras constituciones de su Congregación, elaboradas durante el pontificado de León XIII y al cual  se le presentaron en la memorable audiencia personal del 11 de enero de 1902. «Le presenté la Regla –cuenta don Orione de aquella audiencia–; la bendijo, la tocó, me puso más de una vez su mano sobre mi cabeza, dando golpecitos, animándome; me dijo muchas cosas; también que pusiera en las Reglas lo de trabajar por la unión de las Iglesias de Oriente: “Este, me dijo, es un altísimo consejo mío”» (G. Papasogli, Vita di don Orione, pág 138).
     
Este compromiso ecuménico insólito y profético a principios del siglo XX, es un fruto típico del hecho de que don Orione estuvo efectivamente “al lado” del Papa, es decir, en sintonía, devoto, listo para realizar las indicaciones pontificias. Sabemos que León XIII fue muy sensible y activo por lo que concierne a las relaciones con las Iglesias orientales. Es a partir de León XIII cuando podemos hablar de “ecumenismo católico”. Pues bien don Orione, ya inflamado por la unidad de la Iglesia, no había dudado en asumir también esta indicación ecuménica de León XIII en sus constituciones y, después de la famosa audiencia, se declaró «feliz y contento de no haber errado en los criterios constitutivos de la Regla» (ibídem).



     San Pío X fue sin duda el Papa más determinante en la vida de don Orione, que decía: «El Santo Padre Pío X será siempre nuestro Sumo Benefactor, nuestro Papa» (Scritti, 82, p. 98). Al subir al solio en 1903, el patriarca Giuseppe Sarto eligió el lema “Instaurare omnia in Christo”, que don Orione había elegido para su Congregación hacía diez años. Esta fortuita coincidencia era señal de la afinidad espiritual de estas dos grandes almas y tomará cuerpo en la sucesiva historia de sus relaciones.
  
Su primer encuentro tiene el sabor de la leyenda. El patriarca Giuseppe Sarto había llamado a Venecia al joven músico don Lorenzo Perosi, coetáneo y paisano de don Orione. Le honraba con su amistad, le había invitado a comer varias veces y lo había tenido por compañero en algunas partidas de cartas. El padre de Lorenzo, temiendo que el cardenal viciara a su hijo, confesó sus temores a don Orione. Este, sin pararse a pensar, escribió una carta al patriarca, rogándole que no encaminara al prometedor “maestrillo” hacia la perdición. Enviada la carta, pensaba que su “sermoncillo”, respetuoso pero audaz, se olvidaría pronto. Pero… lo escrito queda. Cuando unos diez años después fue recibido por primera vez en audiencia por el ex patriarca de Venecia, recién elegido Papa, se sintió desfallecer al ver que el Papa sacaba de su breviario la famosa carta. Al santo Pontífice no le había parecido mal; al contrario, le aseguró que había sido un bien: «Una lección de humildad es buena también para el Papa», comentó (E. Pucci, Don Orione, p. 71s.).
     
Sería largo enumerar los servicios que don Orione prestó a Pío X y las demostraciones de confianza y  afecto de Pío X para con don Orione. Después de esa audiencia se instauró entre el Santo Padre y el joven sacerdote tortonés un relación de confianza a prueba de bombas. Don Orione aceptó sin vacilar mínimamente las incumbencias, a menudo delicadas y difíciles, que le dio Pío X, como la de vicario general plenipotenciario de la diócesis de Messina en los cuatro turbulentos años que siguieron al terremoto de 1908, o la de continuar la acción del Pontífice respecto a los modernistas, a menudo severa en nombre de la verdad, pero siempre rebosante de caridad fraternal.
     
Por este acuerdo recto, leal y discreto, que se estableció entre los dos santos, don Orione se encontró en situaciones personales llenas de dificultades e incomprensiones. «¡Es un mártir!», dijo Pío X de don Orione al final del periodo pasado en Messina (Summarium, p. 524). Es significativo otro episodio de leyenda, pero verdadero y dramático. Llegó un momento en que la relación de don Orione con los modernistas que habían recibido censuras eclesiásticas infundió sospechas sobre su plena ortodoxia. Pío X quiso ocuparse personalmente de la cuestión. Lo convocó en audiencia sin motivo aparente, escrutó su rostro, escuchó con atención sus palabras. En un momento determinado le pidió que se arrodillara y rezase el Credo. «Estaban frente a frente el Supremo Pastor de la Iglesia, inquieto por su responsabilidad –refirió luego el escritor Tommaso Gallarati Scotti–, y don Orione, inocente, con la fe sencilla de su primera comunión, pero que llevaba las tribulaciones y las culpas nuestras». Terminado el rezo del Credo, tan devota e interiormente vivido, el rostro del Santo Padre parecía tranquilizado. Y despidió a don Orione diciéndole: «Vete, hijo, vete… No es verdad lo que dicen de ti» (Papasogli, p. 227).

    


 
     También con Benedicto XV don Orione tuvo muchos contactos personales. Del “Papa de la paz” secundó sobre todo el programa del universalismo más decidido de la obra misionera. Se da en estos años el valiente impulso misionero de la Pequeña Obra de la Divina Providencia por los caminos de América Latina, del Oriente Próximo árabe y de la Polonia cristiana mirando hacia Rusia. Él mismo estuvo en Brasil, Argentina y Uruguay en 1921 y 1922. Al saber de la voluntad del Pontífice sobre la Cuestión romana, escribió un valiente Llamamiento a los hombres de Estado para que dieran «con valor un paso adelante» al fin de llegar a la solución (Scritti, 90, p. 352). Benedicto XV le envió a don Orione, con motivo de sus 25 años de sacerdocio, un cáliz y una larga carta autógrafa, en la que le reconocía el mérito de haber «dedicado todos estos años no sólo para ti, sino para el bien común, con ventaja perenne de la Santa Iglesia» (Papasogli, p. 367).
     
La relación de don Orione con Pío XI fue aún más plena de audiencias, coloquios e informes sobre misiones confidenciales y delicadas, intensificadas por la confianza que lo unía al cardenal Pietro Gasparri, Secretario de Estado. Por ejemplo, sólo recientemente los archivos han dado a conocer el papel decisivo y discreto del santo tortonés para poner en claro la historia de san Pío de Pietrelcina. Al final de una difícil mediación de don Orione para evitar una iniciativa que podía menoscabar el prestigio de la Santa Sede, Pío XI no dudó en comentar en una audiencia: «Don Orione ha sudado sangre, pero ha dado consuelo al Papa» (Summarium, p. 894).
     
La razón unificante de muchos episodios y acciones que ven a don Orione al lado de Pío XI es la voluntad de favorecer el prestigio y la centralidad del papado, condición para que se afirme una auténtica catolicidad eclesial, fuerza de cohesión del universalismo, el único que habría podido valorizar el genio de los pueblos salvándolos de las crecientes tentaciones nacionalistas.
     
En este marco hay que ver las significativas y eficaces intervenciones de don Orione para desbloquear las negociaciones que llevaron a la Conciliación entre Estado e Iglesia en Italia en 1922. En la carta que escribió a Mussolini en 1923, le hacía comprender que la verdadera conciliación que había que buscar era la conciliación entre “romanidad ” y “universalidad” del papado que presuponían una autonomía y libertad también política (cf. Messaggi di don Orione, 107, pp. 27-45). Esta visión de la misión espiritual y civil del papado se expresaba, en aquellos años de acentuados y peligrosos nacionalismos, en un clarividente profetismo: «Veo venir los pueblos hacia Roma desde los cuatro vientos», escribía don Orione. «Veo el Oriente y el Occidente reunirse en la verdad y formar los días más hermosos de la Iglesia. Será una maravillosa reconstrucción, quizá la más grande de las épocas, la pax Christi in regno Christi» (Scritti, 86, p. 102).



     El cardenal Eugenio Pacelli había conocido a don Orione en 1934, durante el viaje en nave de Italia a Buenos Aires y en la sucesiva estancia en la capital argentina para las celebraciones del Congreso eucarístico internacional. Fue elegido papa, con el nombre de Pío XII, el 12 de marzo de 1939, un año exacto antes de la muerte de don Orione. Hubo tiempo sólo para un saludo, cargado de aprensión por los vientos de guerra que se desencadenaban. Fue casi un icono-testamento: don Orione al lado y “de rodillas” a los pies  del Papa. Era el 28 de octubre de 1939. El automóvil del Papa se detuvo en la vía Appia –la “Patagonia romana” que Pío X había confiado a los orioninos– volviendo de Castelgandolfo. Don Orione se acercó y se arrodilló al lado, rodeado de sus hermanos de congregación y de 1200 alumnos del Instituto San Felipe. El Papa se asomó. Don Orione le tomó la mano, la besó y se la puso sobre su cabeza agachada con gesto humilde, agradecido, creyente. Pío XII le dejó hacer y le bendijo amablemente (Papasogli, p. 494). Cuando, después de pocos meses, el 12 de marzo de 1940, don Orione murió, Pío XII le definió «padre de los pobres e insigne benefactor de la humanidad dolida y abandonada»  (Summarium, p. 86).
     
Podemos decir que don Orione estuvo al lado también de los últimos papas que se han sucedido en la cátedra de san Pedro, no sólo por la comunión que une la Iglesia, sino también por el recuerdo que los papas han tenido de él.
     
Juan XXIII contó en varias ocasiones su primer encuentro con don Orione cuando, al comenzar su servicio en la Santa Sede, en los años 20, fue invitado a que se aconsejara con él. Fue al Instituto San Felipe, fuera de la Puerta de San Juan. El portero del Instituto le dijo que don Orione estaba en el patio. En un rincón, un grupo de chicos jugaba con un sacerdote maduro en años. Este volvió la cabeza, se separó un momento de sus amigos y preguntó: «¿Busca a alguien, monseñor?». «Sí, quisiera hablar con don Orione», respondió monseñor Roncalli. «Don Orione soy yo. Espere unos minutos, termino el juego, me lavo las manos y estoy con usted». Estas palabras, dichas con tanta cortesía, con la mirada sonriente, impresionaron al joven prelado de entonces, que desde hacía poco estaba en Roma procedente de su Bérgamo natal y que por la noche escribió en su diario: «28 de marzo de 1921. Lunes de Pascua. Esta tarde visité con Monseñor Guerinoni la iglesia y las obras parroquiales de Todos los Santos, fuera de la Puerta de San Juan; conversé largamente con don Orione, del que puede decirse: contemptibilia mundi eligit Deus ut confundat fortia. Lo que en el mundo es necio, Dios lo ha elegido para confundir a los fuertes (1 Cor 1, 27)» (Messaggi di don Orione, 102, pp. 46-48). Esta estima y amistad no menguó nunca. A Douglas Hyde, un periodista inglés que le preguntaba sobre la cualidad sobresaliente en don Orione, el entonces patriarca Roncalli le respondió: «Don Orione era el hombre más caritativo que he conocido. Su caridad iba más allá de los límites normales. Estaba convencido de que se podía conquistar el mundo con el amor» (ibídem, p. 49).



     También Pablo VI gozó de la amistad y la colaboración de don Orione. Contó sus recuerdos durante una audiencia pontificia. «Hemos tenido el gusto extraordinario de conocerlo durante una visita a Génova», recordaba Pablo VI: «Habló con un candor tan sencillo, tan sobrio, pero tan sincero, tan cariñoso, tan espiritual que tocó también mi corazón, y quedé asombrado de la transparencia espiritual que emanaba este hombre tan sencillo y humilde» (Audiencia del 8 de febrero de 1978). Ese encuentro le dio al joven monseñor Montini, en los años treinta, la audacia de establecer una colaboración discreta y eficaz con don Orione para una actividad muy delicada y benemérita: la asistencia a los sacerdotes en dificultad –lapsi, como se les llamaba entonces– que había que socorrer y encaminar al bien (Messaggi di don Orione, 105, pp. 66-71). La estima y la devoción personal de Montini por don Orione continuaron hacia su Congregación, a la que ayudó generosamente sobre todo durante su episcopado en Milán.
     
Juan Pablo I y Juan Pablo II no conocieron a don Orione personalmente. El primero lo definió «el estratega de la caridad», mientras que el actual Pontífice pudo beatificarlo al comienzo de su pontificado y dos días después de la beatificación, recibiendo en audiencia particular a sacerdotes, religiosas y devotos orioninos, sorprendió a todos cuando confesó: «Pienso que este Papa venido de Polonia tiene también en el paraíso un nuevo Patrono que intercede por él, y que – en la luz del Reino al que pertenecemos y al que tendemos - sostiene su servicio, sus iniciativas y su debilidad humana en este puesto en el que la Divina Providencia ha querido ponerlo, al que ha querido llamarlo.Esta gran confianza mía en la intercesión del beato don Orione deseo proclamarla delante de todos vosotros que sois sus hijos e hijas espirituales, delante de todos vosotros que sois mis compatriotas» (Audiencia del 28 de octubre de 1980).
     
Estos recuerdos históricos de la excepcional solicitud de don Orione al lado de los papas nos ayudan a renovar nuestro amor, nuestra devoción y nuestra fidelidad al papa. Que resuene aún el apasionado mensaje de don Orione: «Nosotros tenemos que palpitar y hacer palpitar miles de corazones en torno al corazón del Papa. Le debemos llevar especialmente a los pequeños y a las clases de los humildes trabajadores, tan amenazadas, llevar al Papa a los pobres, los afligidos, los desheredados, que son los más amados por Cristo y los verdaderos tesoros de la Iglesia de Jesucristo. De los labios del Papa el pueblo oirá, no las palabras que excitan al odio de clase, a la destrucción y al exterminio, sino las palabras de vida eterna, las palabras de verdad, de justicia, de caridad: palabras de paz, de bondad, de concordia, que invitan a amarnos los unos a los otros, y a darnos la mano para caminar juntos hacia un futuro mejor, más cristiano y más civil» (Lettere, II, p. 490).  

 

viernes, 20 de junio de 2014

DON ORIONE Y LA EUCARISTÍA

Palabras del Siervo de Dios Eduardo F. Cardenal Pironio:
”He tenido la gracia de conocer personalmente, siendo yo seminarista en La Plata, a Don Orione. “Ese sí que es un santo de verdad”, nos lo presentó el arzobispo Mons. Francisco Alberti, de indudable fama de santidad. Nos hizo besar las manos de ese sacerdote humilde, pequeño, con los ojos bajos. No puedo olvidar su figura y la irradiación serena de su presencia. Los santos contagian santidad e invitan a vivir con humildad. Pero el encuentro con un santo no queda en un momento. Se ahonda y se prolonga. Yo no puedo olvidar aquella mañana fría de agosto (era la fiesta del Santo Cura de Ars), la irradiación del encuentro de dos santos: monseñor Alberti, a quien yo debía espiritualmente la vida y el sacerdocio, y Don Orione, a quien veía por primera vez en su pequeñez de hombre grande. Mi vida y mi ministerio han tenido mucho que ver con la vida y la obra (con la pequeñez y la humildad) de Don Orione” (Roma, 10 de noviembre de 1997)
Don Orione y la Eucaristía (*)
Si es verdad que el amor, o mejor, la caridad de Cristo nos apremia (2Cor 5, 14), ¿cómo no esforzarnos por hacerla ardiente y fecunda, recurriendo a Jesús, a la fuente viva y eterna de la misma Caridad, que es la Eucaristía?
“Sin mí nada pueden hacer”, dijo Jesús (Jn 15, 5)
¡Necesitamos a Jesús! Y todos los días. Y no fuera, sino dentro de nosotros, espiritual y sacramentalmente. El será nuestra vida, consuelo, y felicidad. Todo se basa en la Eucaristía: y nos hay otro fundamento ni otra vida, ni para nosotros ni para nuestros queridos pobres. Sólo ante el altar del Dios de la humildad y del amor, aprenderemos a hacernos como niños (Mt 18, 3) y pequeños para con nuestros hermanos y a amarlos como quiere el Señor.
Sin jamás forzar a nadie, pero con la fuerza persuasiva del amor de Dios en el corazón y en los labios, con expresiones sentidas que tocan y convencen y transportan; y el Señor se encargará de transformarnos y transfigurarnos en El, a nosotros y a nuestros queridos pobres. El será vida, consuelo y felicidad nuestra, y de aquéllos que su mano conduce hasta nosotros.
Sólo así llegaremos a ser un solo corazón con Jesús y con nuestros hermanos, los pobres de Jesús. No basta pensar en darles el pan material; antes del pan material tenemos que pensar en darles el pan de vida eterna, la Eucaristía.
Para permanecer en el Señor ( Jn 6, 56; 15,9) es necesario que el Señor venga a nosotros con frecuencia, si es posible, todos los días.
El cuerpo necesita alimentarse todos los días; y el alma, ¿no necesita su Pan, del “pan vivo bajado del Cielo”, que es para nosotros “remedio de inmortalidad”, como escribía San Ignacio? Nuestros jóvenes serán honestos, si son piadosos y si reciben a menudo, y bien, los santos Sacramentos.
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”, ha dicho Jesús (Jn 6, 56).
¿Qué mejor que permanecer nosotros en el Señor y el Señor en nosotros? ¡Animo, queridos míos, la Caridad de Cristo nos apremia! (2 Cor 5, 14) ¡ El mejor acto de caridad que se le puede hacer a un alma, es darle a Jesús! Y el consuelo más dulce para Jesús, es llevarle un alma.
Este es su Reino.
(*) Fragmentos de una carta vibrante del Padre Luis Orione, escrita a sus sacerdotes el 4 de enero de 1926
Fuente Padre Claudio Bert

miércoles, 11 de junio de 2014

DON ORIONE Y EL ESPÍRITu SANTO

 

 
Una característica, suscitada por el Espíritu, que resalta en nuestro padre espiritual es su fuerte espíritu misionero. Esto se evidencia de manera concreta en este año que, recordando el envío de los primeros misioneros a Brasil celebramos el año misionero orionita. "¿Cuál debe ser nuestro espíritu misionero? Al proponerse esta pregunta Don Orione presenta el estatuto espiritual de todo cristiano, y sobre todo de todo hijo de la Divina Providencia que debe ser incontestablemente misionero: «... contentos de servir en todo al Señor y a los hermanos, los hombres, todos los hombres sin distinción y con diligencia, con fervor, con suave alegría...». Para servir como misionero del Señor entre los pueblos se hace necesario darse totalmente, haciendo la propia vida una oferta, despojándonos de todo y haciéndonos sembradores de la vida de Dios en el seno de la humanidad: «Amar siempre y dar la vida cantando al amor. ¡Despojándonos de todo y sembrar la caridad a lo largo de todos los senderos!»
A todos Don Orione les abre el corazón y los brazos. Don Orione es verdaderamente un corazón sin fronteras. Su caridad, su donación, su servicio no se contentan de un sector específico, más procuran un horizonte ilimitado."3 "Un corazón sin fronteras" y "un horizonte ilimitado" dos características de Don Orione, dos características que se tienen que hacer nuestras como hijos de este Santo. Características que se las tenemos que pedir al Espíritu Santo, el "salidor" por excelencia, ya que genera movimiento y salida en el seno de la Iglesia. Una buena expresión de cómo vivir pentecostés en clave orionita pueden ser algunos extractos de una carta que Don Orione escribiera a sus religiosos del Brasil, el 12 de diciembre de 1930: "Hay que actuar; hay que actuar bien; hay que hacer más. ¡Mucho, pero mucho más! ¡No quiero arrogantes ni soberbios, pero tampoco conejos miedosos..., no quiero gente débil; de mentalidad estrecha y pusilánime, carente de toda iniciativa sana, moderna, necesaria y buena, carente del coraje necesario!
 
Con la confianza puesta en Dios, -y no en nosotros- ¡adelante con ánimo levantado, con corazón grande y con gran decisión!"4 "Sin un lúcido espíritu de iniciativa ciertas obras no se hacen; sobreviene el estancamiento, y su vida ya no sería apostólica sino pura fosilización, ¡o muerte lenta! ¡Adelante, pues!

¡Es cierto que no se puede hacer todo en un solo día, pero no hay que morir encerrados en casa o en la sacristía: fuera de la sacristía!"5 ¡Fuera de la sacristía!...un grito que suena y resuena en nuestros oídos y en nuestro corazón. Don Orione nos llama a salir. El Espíirtu Santo nos lleva afuera. ¿Qué estamos esperando? ¡Feliz Pentecostés…Orionita!
Reflexión del Padre Edgardo Crotti  ¡¡¡¡gracias padre !!!

sábado, 7 de junio de 2014

FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Los Frutos del Espíritu Santo

(Mt. 7:16-20 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.)
El Señor Jesucristo indicó que las personas son un tipo de árbol que dan fruto y por sus frutos, se conocería la procedencia de cada cual; porque un árbol bueno, da buenos frutos y un árbol malo produce malos frutos.
Los Cristianos somos transformados en árboles de justicia por medio de Jesucristo; por lo tanto, tenemos la capacidad de producir frutos agradables a Dios.
La Biblia enseña que los frutos del espíritu son producto de crucificar al viejo hombre y vivir en el Espíritu. (Gá. 5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.)
Deleitarse en la Palabra de Dios, meditando de día y de noche en ella.
(Sal 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.)
Todo fruto es producto de una siembra, en donde se trabajó la tierra, arándola con bueyes, limpiándola y abonándola, luego se alimentó, regó y cuidó para que produjera fruto agradable de esa misma forma, se debe dejar que Dios trabaje nuestra tierra, es decir el alma para ser limpia de toda suciedad, sea alimentada, que pueda beber del agua de la Palabra y vivir en el fluir del Espíritu Santo.
Los frutos del Espíritu son producto de la comunión con el Espíritu Santo, su llenura, siguiendo su guía, obedeciéndole, permitiendo que forme la Imagen de Jesucristo en nuestra vida.
Monografias.com
Los frutos del Espíritu Santo
El Fruto del Espíritu Santo. Esto también se refiere a las virtudes de todo Cristiano. Gálatas 22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

El Amor

  • a) Etimología de la palabra Amor. La palabra Fruto viene del griego Karpós que significa fruto (como arrancado), resultar en beneficio, descendencia.
El Fruto del Espíritu es la expresión del poder de ese mismo Espíritu que está obrando dentro de nosotros.
Palabra en griego.
Monografias.comRom. 5:8. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.)
Características de este amor
1Co 13:2-7. Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Esta es la marca distintiva de todo Cristiano. Pues cuando una vida empieza a vivir en obediencia a DIOS, esta característica se hace una manifestación del crecimiento Espiritual.
Manifestaciones de este amor.
  • I. Amar a Dios sobre todas las cosas. Lc. 10:27. Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Es uno de los mandamientos que Dios dejó escrito en la ley Mosaica y lo repite Jesús. Debemos amarle con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, todas nuestras fuerzas y toda nuestra mente, es decir, nuestro ser integral.
  • II. Amarnos unos a otros. Jn. 15:17. Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Juan 13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
El Señor Jesús nos insta a amarnos unos a otros (Ro. 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.) Amarnos unos a otros conlleva buscar el bien común, y eso le agrada a Dios, por eso en el Salmo 133:1 se nos dice cuán bueno y agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía.
  • III. Amar a nuestros enemigos. Mt. 5:44. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.
El Señor Jesús nos pide que los amemos y que oremos por quienes nos persiguen, porque ese es el ejemplo de Dios, nuestro Padre, que cuando éramos sus enemigos, por medio de la muerte de su Hijo fuimos reconciliados con Él.
(Rom. 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.)
Así que cuando amamos a los que nos lastiman, estamos dando a conocer cómo pueden reconciliarse con Dios, a través de nuestro testimonio. Amar a quien expresa amor lo puede hacer cualquiera, pero amar al que no nos ama, es algo que es sobrenatural que viene de Dios, porque su amor ha sido derramado en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo (Ro. 5:5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.)
La felicidad no está por hacer, si no por ser, cada día obedecer a DIOS y ser semejante a EL.
Recordemos que el mayor ágape, sucedió en la cruz.

El Gozo

Palabra en griego.
Monografias.com(Mat 28:8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos; 2 Co. 1:15 Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia, motivo de alegría. 1Ts. 2:19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?)
  • I. El gozo, más que una alegría pasajera por las "buenas" circunstancias del momento, es una felicidad permanente, que no depende de las circunstancias externas, sino de la fe y comunión con Dios. (1 Ts. 1:6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo.)
  • II. El apóstol Pablo a pesar de sus prisiones estaba gozoso e invitaba a los hermanos a que se gozaran. (Fil. 1:25-26 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 26 para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros. Fil. 4:4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!).
  • III. El gozo tiene que ver con la alegría permanente del individuo que cree en Cristo como toda La iglesia está llamada a experimentarlo.
  • IV. Al sacrificarse por causa de Cristo. (Mt.13:44 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba.)
  • V. Al Testificar de Cristo. (Lc.10:17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.)
  • VI. El elemento de gozo fue una marca distinta de la iglesia en sus inicios. (Hch.2:46 "perseverando unánimes cada día en el templo en el partimiento del pan y en las casas, comían juntos con ALEGRIA y Sencillez de corazón").
  • VII. El gozo del cristiano es tan inclusivo y permanente que puede sentirse, al descubrir la voluntad de Dios.

La Paz

Palabra en griego.
Monografias.comQue implica Prosperidad, paz, quietud reposo, y lleva la idea de unidad, de consumación, y seguridad.
  • I. La palabra hebrea correspondiente, Shalom , significa primariamente integridad.
  • II. En el A.T. la palabra era Shalom. Jn. 14:27 "Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del . No se angustien ni tengan miedo.
  • III. Esta es una de las virtudes que debe gobernar el corazón para guardarlo (Col. 3:15 Y que la paz de Cristo reine en sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos.); nos hará abundar en esperanza en el poder del Espíritu Santo, sobrepasando el entendimiento humano, en las circunstancias adversas.
  • IV. «El Dios de paz» es un título utilizado en Rom 15:33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.
  • V. La paz no permitirá que los temores de este ya sean económicos, políticos, sociales, guerras, etc., contaminen el corazón.
  • VI. Porque el Dios de paz aplastará al enemigo debajo de nuestros pies. Rom. 16:20.
  • VII. La paz de DIOS es integral, es para todo y con todos.
  • VIII. El énfasis aquí está en la paz con Dios, una bendición basada en la relación con Dios, también comprende la paz con uno mismo y con las circunstancias, Dios es llamado Dios de Paz. (Rom.15:33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén)

La Paciencia

Palabra en griego.
Monografias.com(objetivamente) soporte, aguante o (subjectivamente) longanimidad, clemencia.
Se utiliza para indicar templanza o fortaleza de ánimo.
  • I. Esta virtud también debe gobernar el corazón. (Col. 3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia).
  • II. La paciencia es la fortaleza de ánimo para seguir al Señor en las dificultades, para perseverar y ser constantes en su búsqueda, para correr la carrera. (He. 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.) Nada nos debe de detener en hacer la santa y perfecta voluntad de DIOS.
  • III. Para esperar la venida del Señor. (Stg. 5:7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.)
  • IV. Por medio de la paciencia alcanzamos las promesas que Dios nos ha dado. (He. 6:12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.) debemos de estar al Servicio de DIOS.
  • V. Por medio de ella obtendremos un carácter sólido. (Ro. 5:4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.) Con la paciencia esperamos DIOS siga obrando en nuestras vidas su carácter Santo.
  • VI. Producir el fruto del Espíritu es un proceso continuo, en donde los cristianos debemos ser trabajados por el Viñador, Dios Padre, haciendo morir las obras de la carne por medio del Espíritu Santo, para dar frutos agradables al Señor Jesucristo y de la Iglesia.
(Efe 4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.)
  • No hay espíritu de rencor, es un equilibrio de todos los temperamentos y pasiones, completamente opuesto al enojo. Cuando hay paciencia hay constancia, firmeza y perseverancia, el que es paciente es tolerante, clemente indulgente, Significa también: Resistir con paciencia.
  • La paciencia es lo opuesto a la impaciencia humana, ha de ser contemplado más bien como la paciencia de Dios que ha operado internamente, la paciencia infinita de Dios no tiene límites.
  • Esta paciencia es una virtud que debe esperarse en la vida de cada creyente en medio de las más vitales direcciones acerca de la responsabilidad de andar dignamente (Ef.4:2-3 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, Efe 4:3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 2Tim.4:2 Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.)

Benignidad

Palabra en griego.
Monografias.comexcelencia moralmente (en carácter o presencia) bondad, bueno, el bien, lo bueno, lo correcto, honradez.
También significa AMABILIDAD, Es ser amable con otro, todo lo contrario a la dureza.
  • I. La benignidad es atribuida a Dios como uno de los atributos morales y esto se relaciona con la conducta del creyente (1Cor.15:33 No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.)
  • II. También significa: bueno en carácter. Benignidad es la suavidad de carácter, tranquilidad del espíritu, una disposición reposada para tratar con cortesía esta operación lo hace el Espíritu Santo en el corazón del cristiano que es benigno, no anda mal humorado o amargado. Al contrario corrige, endulza el carácter irritable. Hace el corazón bondadoso, y hacemos felices a lo más que podemos a aquellos que nos rodean.
  • III. La benignidad se asocia con su misericordia porque Dios es rico en Misericordia, en relación al creyente debe ser misericordioso. Perdonar como Dios nos ha perdonado. (Col.3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.)

La Bondad

Palabra en griego.
Monografias.com
Rom 15:14. Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
2Ts 1:11 Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder.
  • I. La bondad es aquella que nos impulsa al arrepentimiento de un perverso corazón.Jesús era una persona amable. Cuando nació había pocas obras de caridad en el . Había pocos hospitales o clínicas hospitales psiquiátricos, pocos para los pobres, a pocos orfanatos y pocos refugios para personas sin hogar.
  • II. En comparación con el nuestro, que fue una época cruel. Cristo cambió esto.
  • III. Todos los lugares donde los el Cristianismo llegó a sus seguidores practican las acciones de bondad y delicadeza. (Efe 5:9 Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad)Guiar a buenas obras, tener un carácter bueno mostrar nuestro amor cristiano con hechos a los demás y a nuestros prójimos.

La Fe

Palabra en griego.
Monografias.compersuasión, credibilidad; moralmente convicción (de verdad religión , o la veracidad de Dios o de un maestro religioso), específicamente confianza en Cristo para salvación; abstractamente constancia en tal profesión; por extensión, el sistema de verdad religiosa (evangelio) en sí mismo, fidelidad, fiel, gracia, confianza, creencia, convicción, buena fe, doctrina, garantía, muestra, compromiso, fidelidad. Juan 20:27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
  • I. "Fidelidad" el carácter de uno se puede confiar, señala el significado pasivo de la fe, Digno de confianza, fidelidad, honestidad, confianza en el tratos de uno con otros, lealtad.
  • II. "FE". Es una virtud ética, es una virtud que distingue al cristiano en sus relaciones y vivencias por lo tanto, PISTIS, aquí no significa fe de cree meramente al azar, si no FIDELIDAD, honestidad, lealtad, puede ser usada esta palabra en sentido de fidelidad.
  • III. Un hombre fiel en sus palabras, promesas, un hombre en quien se puede confiar y creer, el cristiano es fiel como hombre, como vecino, amigo, esposo, padre, hijo, fiel en sus contratos y en sus promesas.
  • IV. También consideremos la fe, que hace accesible a Dios, en un creyente que tiene el Espíritu de Dios, su fe no menguara jamás, fe viva en la cual no hay duda, no solo para la salvación sino que también opera en los dones y ministerios que Dios (Espíritu) dio.
  • V. Fe es también el gozo, el regocijo que brota del sentir misericordia divina, lo comunicado del alma del perdón de sus iniquidades y de la gloria eterna, que comienza a gozar con el perdón de sus pecados.

La mansedumbre

Palabra en griego.
Monografias.compor implicación humildad, dulzura, mansedumbre, apacibilidad, soporta la incomodidad, este fruto se puede manifestar cuando están totalmente rendidos a Dios. 1 Corintios 4:21 ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?
  • I. La mansedumbre de Dios no implica debilidad, el creyente lleno del Espíritu Santo manifestara mansedumbre, el también puede conocer el poder de la indignación, pero así mismo será manso. 1 Timoteo 6:11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
  • II. El elevado lugar que se concede a la mansedumbre en la lista de las virtudes humanas se debe al ejemplo y a la enseñanza de Jesucristo.
  • III. Los mansos no se recienten ante la adversidad, debido a que aceptan todo como efecto sabio y amoroso propósito de Dios.
  • IV. El que tiene mansedumbre soportara a los unos y a los otros, aun con sus palabras responderá con mansedumbre, la cual conduce a una perfecta cortesía para que podamos reprender sin rencor .
  • V. Discutir sin intolerancia, encarar la verdad sin resentimiento, enojarse sin pecar, ser amables y sin embargo no ser débiles.
  • VI. La mansedumbre una manifestación del fruto del Espíritu, es evidente que las personas solamente lo puedan manifestar cuando están rendidas a Dios y cuando la presencia del Espíritu Santo domina en su totalidad en el hombre.
  • VII. La docilidad Cristiana. Es la palabra usada en la bienaventuranza que reza: Bienaventurados los mansos (Mat. 5:5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.)
  • VIII. La mansedumbre es el hogar de una fuerza tranquila que confunde al consideran debilidad. Esta fue la reacción de Jesús después de su arresto - de las acusaciones, la tortura y la crucifixión Él soportó el dolor Sus verdugos físicos y emocionales que se burlan de los espectadores sufrió sin piedad. "Fue oprimido y afligido, pero no abrió la boca, como cordero a la masacre, y al igual que las ovejas, en silencio delante de sus trasquiladores, no abrió su boca. (Isa 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.)

La Templanza

Palabra en griego.
Monografias.comespecíficamente continencia, en lo sexual, templanza). 2 Pedro 1:6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad.
  • I. El control de uno mismo, conocido también como "Dominio propio", es una de las virtudes cristianas cardinales en la templanza, se nos amonesta a ser moderados y equilibrados en nuestra conducta, es el control propio en el pensamiento, en nuestro enojo, nuestro hablar, el ejercicio del dominio propio refleja el poder de Dios en nuestra vida.
  • II. El Apóstol Pablo emplea el termino en relación con el obrar del Espíritu de Dios, así que no ensalza la voluntad el hombre natural, si no que nos hace ver que la vida espiritual abarca el control de las paciones y los impulsos que son propios del viejo hombre, así comprendemos como llega a ser una manifestación del fruto del Espíritu. Hch 24:25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.

Conclusión

Son los fruto, más que los dones del Espíritu Santo por lo que nos debemos de identificar, como un testimonio vivo, para DIOS, y para el hombre, en cualquier lugar donde nos encontremos.
El Fruto del Espíritu Santo indica unidad, origina armonía, contribuye a la unidad y perfección ayuda en las debilidades a triunfar, hace triunfar, fortalece y hace perseverar, solo el Espíritu Santo nos hace victoriosos, por medio de la oración. (Rom.8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.)
DIOS les bendiga

Autor:
Alberto Motta Ochoa