martes, 8 de noviembre de 2011

* ¡¡¡¡LOS AMIGOS DE DON ORIONE!!!!

Un poco de historia . . .Hacía tan sólo dos meses que el Apóstol de la Caridad partía hacia la eternidad. El 6 de mayo de 1940, nacía en Milán, Italia, el primer grupo de Amigos. Su fundador fue el senador Esteban Cabazzoni. Este grupo tendría como finalidad cooperar, conservar y difundir el espíritu de Don Orione. Don Sterpi llamó a los Amigos “Cenáculo de almas que sienten todo el atractivo de las enseñanzas que les dejó el Fundador para llevarlas a la práctica en eficaz apostolado de bien. Son nuevas formas de caridad que se unirán mas adelante a todas las obras para fortalecerlas y mejorar cada vez más las instituciones de la Pequeña Obra”.En la Argentina fue el Doctor Rómulo María Garona Carbia quien funda la Asociación Amigos de Don Orione, el 12 de marzo de 1956. Era una noble personalidad, esposo, padre, médico, educador, apóstol, conferencista, hombre de gran acción. Su fin era hacer conocer su obra. Se propuso formar filiales en el interior del país. De este modo, se abrieron asociaciones en Córdoba, Tucumán, Chaco, Victoria, entre otras. Fueron sus palabras: “Cada comunidad se reunía mensualmente para revivir juntos los santos ejemplos del Apóstol de la Caridad, y seguir de cerca sus obras.Don Orione había bendecido desde el cielo la providencial iniciativa. En muchos lugares de Italia funcionaban los grupos y, en todas partes, el espíritu que los animaba era el mismo, y también el fin: vivir y difundir la caridad de Cristo, bajo la luz de los ejemplos del Padre de los pobres. Aún hoy el Santo Fundador nos llama, convocándonos, renovados, con fuerza para que no nos apartemos de las filas del ejército de la Caridad, ejército, llamado a colmar de amor los surcos de la tierra. Es él quien nos convoca, por el bien de nuestras almas, y por felicidad de nuestra Patria, no prestemos oídos sordos a esta providencial invitación que se nos hace”.(Dr. Rómulo María Garona Carbia)Los Amigos colaboran en: Cottolengos, escuelas, fundaciones, parroquias, talleres, hogares, comedores. Compartimos: retiros, peregrinaciones, celebraciones, charlas.A lo largo de estos 50 años, los Amigos, fuimos descubriendo, viviendo y difundiendo quién era el Fundador, sus obras, sus escritos, su pedagogía, sus cuatro grandes Amores. Hoy, con un espíritu renovado queremos seguir profundizando sobre su vida con un Sí generoso en las distintas actividades compartidas: charlas, retiros, encuentros, convivencias, eventos, y por sobre todo dando testimonio de cristianos orionitas.
La desaparición física del Fundador, atrae la mirada de muchos sobre su congregación, la Pequeña Obra de la Divina Providencia; y la rodea del cariño de los pobres y humildes, los predilectos de Don Orione y de sus hijos, de la Santa Iglesia de Dios. Y surgen por todas partes los grupos de “Amigos de Don Orione”, que mantienen viva la llama de su espíritu de caridad, la difunden, oran y apoyan a sus obras en todos los países donde han plantado su tienda.A lo largo de estos años, los Amigos, fuimos descubriendo, viviendo y difundiendo quién era el Fundador, sus obras, sus escritos, su pedagogía, sus cuatro grandes Amores. Hoy, con un espíritu renovado queremos seguir profundizando sobre su vida con un Sí generoso en las distintas actividades compartidas: charlas, retiros, encuentros, convivencias, eventos, y por sobre todo dando testimonio de cristianos orionitas.Amigos . . . “¡Adelante, con Dios y con María!¡Que cada día sea como el primero!¡Adelante, siempre adelante en las obras de bien!”(San Luis Orione)
Fuente: Amigos de Don Orione (Tucumán Argentina)





DECÁLOGO DE LOS AMIGOS DE DON ORIONE
1-CONOCER la vida del Fundador para vivirla y difundirla a los demás 2-VALORAR la vida Sacramental como un don para nuestro corazón. 3-CONFIAR plenamente en la Divina Providencia. 4-PROFUNDIZAR nuestra oración personal y grupal. 5-SERVIR en los hombres al Hijo del h.ombre,especialmente a los más necesitasos 6- VIVIR para jesús, nada fuera de Jesús, nada que no sea Jesús, que no lleve a Jesús, que no respire a Jesús. TENER siempre a María como Mediadora, será guía y fortaleza para cada uno. Ella es nuestra Madre Misericordiosa. 8- SER fiel al Papa, él será nuestro Credo, nuestra moral, nuestra vida, para nosotros el Papa debe ser Jesucristo. 9-AMAR a las almas, teniendo un gran corazón y la divina locura por todas ellas, sin excepción. 10-RESCATAR todo lo que permita crecer y ser feliz como familia orionita.






Fuente Amigos de Don Orione (Tucumán Argentina)

* ¡¡¡GENERAL DE UN GRAN EJERCITO DE LA CARIDAD!!!!

“¡Haremos de él un general!” En Pontecurone, pequeña ciudad del norte de Italia, nació Luis Orione el 23 de junio de 1872, en una dependencia de la casa de campo del Ministro Urbano Rattazzi, del que el matrimonio Vittorio y Carolina Orione eran porteros. Al Ministro le gustaba entretenerse familiarmente con sus empleados. Tomando al pequeño Luis en los brazos, le dijo a su padre: “¡haremos de él un general!”. Esa promesa –una mera amabilidad del ilustre hombre de Estado– se realizó, sin embargo, con toda exactitud, pues el propio Rey de Reyes había decidido: “¡haré de este niño un gran general!”, como veremos más adelante.La infancia de Luis Orione puede resumirse en pocas palabras,: pobreza, trabajo, piedad y sobre una gran vocación .De hecho, Don Orione tenía valiosas dotes de general. Pronto reunió consigo a los sacerdotes y seminaristas que, bajo su mando, constituyeron el primer núcleo de una pujante familia religiosa: la Pequeña Obra de la Divina Providencia
Simple sacerdote y de familia humilde como San Juan Bosco –del que fue alumno– Don Orione maravilló al mundo con su santidad, su celo apostólico, sus innumerables obras en beneficio de los niños pobres y de toda clase de personas necesitadas.
El lema que adoptó, “Renovar todo en Cristo”, se despliega históricamente en este: “Renovar todo en la Iglesia”; y en la senda de la acción, también puede ser formulado así: “Renovar todo en la caridad”.
Tal como el Divino Maestro, “pasó por el mundo haciendo el bien”. Y, llegada la hora de presentarse al Supremo Juez, entregó serenamente el alma a Dios, dejando escapar de sus labios estas palabras llenas de júbilo y esperanza: “¡Jesús, Jesús!¡ voy!
Fuente: extracto de Heraldos del Evangelio. Asociación Privada Internacional de Fieles de Derecho Pontificio.

Publicado 2009/03/01
 Autor: Redacción Simple sacerdote y de familia humilde como San Juan Bosco –del que fue alumno– Don Orione maravilló al mundo con su santidad, su celo apostólico, sus innumerables obras en beneficio de los niños pobres y de toda clase de personas necesitadas.

General de un gran ejército de la caridad

Simple sacerdote y de familia humilde como San Juan Bosco –del que fue alumno– Don Orione maravilló al mundo con su santidad, su celo apostólico, sus innumerables obras en beneficio de los niños pobres y de toda clase de personas necesitadas.

El lema que adoptó, “Renovar todo en Cristo”, se despliega históricamente en este: “Renovar todo en la Iglesia”; y en la senda de la acción, también puede ser formulado así: “Renovar todo en la caridad”.

Tal como el Divino Maestro, “pasó por el mundo haciendo el bien”. Y, llegada la hora de presentarse al Supremo Juez, entregó serenamente el alma a Dios, dejando escapar de sus labios estas palabras llenas de júbilo y esperanza: “¡Jesús, Jesús! Estoy yendo.”

“¡Haremos de él un general!”
En Pontecurone, pequeña ciudad del norte de Italia, nació Luis Orione el 23 de junio de 1872, en una dependencia de la casa de campo del Ministro Urbano Rattazzi, del que el matrimonio Vittorio y Carolina Orione eran porteros.
Al Ministro le gustaba entretenerse familiarmente con sus empleados. Tomando al pequeño Luis en los brazos, le dijo a su padre: “¡haremos de él un general!”. Esa promesa –una mera amabilidad del ilustre hombre de Estado– se realizó, sin embargo, con toda exactitud, pues el propio Rey de Reyes había decidido: “¡haré de este niño un gran general!”, como veremos más adelante.
La infancia de Luis Orione puede resumirse en pocas palabras: pobreza, trabajo, piedad y, sobre todo, una gran vocación
De 1886 a 1889 estudió en el Oratorio Salesiano de Valdocco, del que salió para ingresar al Seminario Diocesano de Tortona.
Cuando todavía era seminarista, empezó a dedicarse a las obras de ayuda a los más necesitados, participando en la Sociedad de Socorro Mutuo San Marciano y en las Conferencias Vicentinas
En julio de 1892, siguiendo los pasos de Don Bosco, abrió su primer Oratorio, un centro de educación cristiana y de recreación para niños pobres.
Fundación del primer colegio
Poco le pareció todo esto a su celo ardiente. Al año siguiente fundó un colegio, en régimen de internado, para muchachos de familias pobres. ¡No era entonces más que un seminarista de 21 años de edad y sin recurso financiero alguno!
Pero la Divina Providencia no desampara a las almas que escoge para llevar adelante grandes obras. Al convenir el arriendo del inmueble para el colegio, el propietario exigió el pago del primer año por adelantado: 400 liras. Orione no disponía ni siquiera de un centavo, pero le garantizó al hombre: “La Providencia lo resolverá”.
Salió de ahí rumbo a la Catedral. En el camino fue abordado por una viejecita:
–¿Adónde va, Orione?
–Estoy abriendo un colegio –le respondió.
–¡Qué bueno! ¿Puedo poner a mi nieto en su colegio? ¿Cuánto me cobra?
–Pague lo que usted pueda
–Tengo 400 liras que ahorré para la educación de mi nieto... ¿Para cuánto tiempo alcanzarán?
–¡400 liras! ¡Su nieto podrá quedarse en el colegio todo el tiempo de sus estudios!– exclamó Don Orione.
Volviendo inmediatamente, le hizo al propietario el pago exigido para el primer año. Así comenzó esa grandiosa obra que en menos de medio siglo difundió sus beneficios por innumerables países.
Ordenado sacerdote, comienza a formar su “ejército”
El 13 de abril de 1895 Don Orione fue ordenado sacerdote. Ese mismo día entregó la sotana clerical a seis alumnos de su colegio que tenían vocación sacerdotal. Y en poco tiempo abrió nuevos colegios en Mornico, en Noto, en San Remo y en Roma.
De hecho, Don Orione tenía valiosas dotes de general. Pronto reunió consigo a los sacerdotes y seminaristas que, bajo su mando, constituyeron el primer núcleo de una pujante familia religiosa: la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
En marzo de 1903, el Obispo Mons. Igino Bandi le dio aprobación canónica a la nueva Congregación, que se proponía “trabajar para llevar a los pequeños, los pobres y al pueblo hasta la Iglesia y el Papa, mediante obras de caridad” . Además de los tres votos habituales –pobreza, obediencia y castidad– el amor de los Orionistas a la Cátedra de Pedro los llevó a desear un cuarto voto: el de “especial fidelidad al Papa” .
A su tiempo, fueron surgiendo las nuevas ramas de la Familia Orionista: además de los sacerdotes, las religiosas y los eremitas de la Divina Providencia. En seguida, las Pequeñas
Hermanas Misioneras de la Caridad, a las que se asociaron las Hermanas Sacramentinas Adoradoras y, algún tiempo después, las Contemplativas de Jesús Crucificado.
El P. Orione organizó también diversos grupos de laicos de ambos sexos, que más tarde constituyeron el Instituto Secular Orionista (ISO) y el amplio abanico de asociaciones del
Movimiento Laical Orionista (MLO).
Un corazón deseoso de abarcar al mundo entero Después de la primera Gran Guerra (1914–1918) se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y sociales. Entre las muchas obras, la más característica fue el “Pequeño Cotolengo” , con institutos ubicados en las periferias de las grandes ciudades para recibir a los más necesitados y abandonados.
El celo apostólico de Don Orione se manifestó tempranamente con el envío de misioneros a Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Palestina, Polonia, Rodas, Estados Unidos, Inglaterra y Albania. Todo eso hasta el año 1936. Además de un gran predicador, Don Orione fue un eximio confesor, organizador de peregrinaciones y de misiones populares. Gran devoto de la Santísima Virgen, propagó de todos los modos la devoción mariana.
A lo largo de su vida, Don Orione recibió demostraciones de estima y confianza por parte de Papas y autoridades civiles, que le incumbieron importantes y delicadas misiones, en difíciles momentos de las relaciones entre la Iglesia y la Sociedad civil.
En 1940, con su obra esparcida por varios continentes, el P. Orione fue atacado por una grave enfermedad cardíaca, obligándolo a someterse a tratamientos médicos. Sólo tres días después, falleció serenamente, pronunciando estas breves palabras: “¡Jesús, Jesús! Estoy yendo.”
Su cuerpo fue sepultado en la cripta del Santuario de la Guarda y encontrado incorrupto 25 años después, en 1965. Juan Pablo II lo declaró Bienaventurado en 1980.
Luis Orione y Don Bosco
El primer milagro obrado por Don Bosco luego de su muerte fue en favor del joven Luis Orione. De 1886 a 1889, fue alumno del Oratorio de Valdocco, en Turín. El día de la muerte de Don Bosco (1888), Orione era uno de los alumnos encargados de organizar la larga fila de devotos que venían a rezar ante su urna funeraria. Muchos fieles querían algún recuerdo del venerable sacerdote.
¿Cómo atender a tantos pedidos?
Presionado por las circunstancia Orione, entonces con 16 años, optó por la solución que le pareció más simple y práctica. Corrió a la despensa –que estaba a su cargo– para cortar pedazos de pan, tocarlos en el Santo y dárselos a los fieles como reliquia.
Pero la juventud no siempre es tan calma como generosa...En la prisa por satisfacer a todos, Luis Orione, que era zurdo, ¡se cortó el dedo índice derecho! ¿Dolor físico?Casi no lo sintió. Ninguna otra preocupación se apoderó de su mente más que esta: ¡sin ese dedo, no podría realizar su sueño de ser ordenado sacerdote!Para evitar semejante desastre necesitaba la intercesión de Don Bosco. Corrió, sujetando el dedo que colgaba tan sólo de una delgada capa de piel, y lleno de fe lo tocó en el cuerpo del Santo. En el mismo instante, el dedo cicatrizó perfectamente.
Aún puede verse hoy, en el cuerpo del Bienaventurado Orione, la marca del corte rodeando por completo el índice derecho.
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* INICIOS DEL MLO

Al inicio de la fundación de la Pequeña Obra, en 1899 en Turín, Don Orione lanzó el proyecto de la primera Asociación femenina: “En torno a nuestro Instituto surgen las Damas de la Divina Providencia, una gran asociación donde todas las almas se unen en las obras de caridad, y en un mismo espíritu de abnegación y sacrificio”. Es sorprendente saber que Don Orione, ya en las Constituciones manuscritas de 1904, incluso prevé una forma de consagración para los laicos que “anhelan con toda el alma alcanzar la perfección, y que estarían dispuestos a hacer los votos, si les fuera permitido”. Apenas la Iglesia en 1947 reconoció canónicamente a los Institutos Seculares, fue un deber y una alegría dar continuidad al deseo del Padre Fundador, poniendo en marcha aquello que luego se convertirá en el “Instituto Secular Orionino”.Don Orione veía a los Ex alumnos “como apóstoles”; muchos de ellos, en la vida civil, continuaron siendo, como laicos, parte viva de la Familia Orionita. A través de la correspondencia personal y de la formación de una Asociación (1934), cultivó en ellos una permanente participación en la vida y en los ideales de la Pequeña Obra. Es notable la capacidad del Fundador para cuidar de los Amigos, a los que veía como verdaderos discípulos y colaboradores. En la relación cotidiana, los guiaba, formaba y valoraba en las obras de bien, desarrollando en ellos una conciencia apostólica. Los comprometía directamente, y hasta algunas veces en forma estable, en la actividad de su Congregación y los animaba en lo que era propio de su estado y profesión. Se constituyeron en Asociación en 1940. Después de su muerte (12 de marzo de 1940), esta iniciativa del Fundador con los laicos, fue continuada por muchos de sus discípulos, atendiendo también a los progresivos cambios de las condiciones sociales y del sentir eclesial. El camino del Movimiento Laical Orionita, como es entendido actualmente, es decir de modo unitario, diversificado pero coordinado, organizado, sujeto autónomo identificado con el carisma de Don Orione, en comunión con toda la Obra de la Divina Providencia, tiene una historia reciente. Su inicio es reconocido con claridad en la Moción 11 del Capítulo General de los Hijos de la Divina Providencia (1992) y de las PHMC (1993): “Para promover entre todos los Religiosos y en los diversos sectores de la actividad de la Congregación, la aplicación de las directivas de la Iglesia acerca de la vocación y el rol de los laicos (Cfr. Apostolicam actuositatem, Christifide­les laici y otros) se solicita que el Gobierno coordine la programación de estas iniciativas aptas para lograr los objetivos de promoción de la vocación y el rol de los laicos”. Después de dos años dedicados al conocimiento de la situación y al estudio de la realidad laical en torno a la Obra de Don Orione en las diversas naciones, el Superior General envió a todos los Hijos de la Divina Providencia una “Carta Programática “ (18.12.1995) para encaminar el Movimiento Laical Orionita; a esta carta le siguió una análoga enviada por la Superiora General (23.12.1995), en la que también comprometía a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad a seguir el mismo camino. Con la participación cordial de religiosos, religiosas y laicos, se pusieron en marcha los equipos de coordinación locales, provinciales y general. En Rocca de Papa (9-12 de octubre de 1997), se realizó el Primer Congreso Mundial del MLO, que dio dinamismo y creatividad al Movimiento. Dicho evento, animado por un Mensaje especial enviado por el Papa, puede ser considerado como el nacimiento oficial del Movimiento. El XIº Capítulo General de los Hijos de la Divina Providencia (1998) dio un ulterior impulso al crecimiento del MLO. Terminada la primera fase de constitución del MLO, se advirtió la necesidad de redactar un documento con las líneas de formación y organización que sirvieran de referencia segura para el camino del MLO, tan diverso en sus miembros por nacionalidad, cultura, categoría, tipo de asociación y pertenencia. Se determina llamar a este documento “Carta de Comunión” y durante tres años, los equipos de coordinación locales y provinciales se ocuparon de expresar en este texto las motivaciones, los valores y las estructuras organizativas que podrían favorecer el futuro camino del MLO. En Ariccia, del 28 de junio al 1º de julio de 2001, durante el encuentro de representantes del MLO de diversas naciones, el texto tomó la actual forma definitiva que, con algunos aportes, fue aprobado durante el Segundo Encuentro Internacional del MLO (Claypole, 7-13 de octubre de 2002).
Fuente: http://www.orionistas.org/
Todos los miembros del MLO deben inspirar a su estilo de vida algunos valores básicos, que se esfuerzan por difundir en la sociedad como fermento de transformación y renovación según el Evangelio. Ellos son:
La confianza activa en la Divina Providencia de Dios Padre de todos;
la pasión por la unidad, porque los hombres son "uno"
amor a la Iglesia y la obediencia al Papa, "nuestro lema," la unidad y el ministr la fuerza del amor, la única que puede salvar al mundo.
fuente:PHMC