miércoles, 3 de julio de 2013

ORATORIOS FESTIVOS, 3 DE JULIO 1892

 
Primer oratorio en el patio del obispo de Tortona, Italia.
Cada 3 de julio la familia orionita celebra el aniversario de la apertura del primer Oratorio realizado por Don Orione el 3 de julio de 1892, en su ciudad natal de Tortona, Italia.
A continuación reproducimos el capítulo del libro “El Apóstol de la Caridad” que describe la historia que Don Orione recordó como “el gran día”, y que fue la primera semilla de la Obra de la Divina Providencia:
El Oratorio San Luis
El niño lloraba desconsolado y furioso.
- ¿Qué te pasa, por qué lloras? -pregunta solícito Luis Orione-.
El niño al fin estalla:
- ¡No voy más al catecismo! ¡Me pegan!
- Bueno -contemporiza Luis-, si te portas bien, no te pegarán.
- ¡No, no voy más! -insiste enojado el pequeño-.
- No te pongas así. Si vienes conmigo te hago un regalito.
El chico, al fin, le sigue a su cuarto, mísero altillo sobre la bóveda de la catedral. Le regala unos dulces y le explica el catecismo. Cuando el niño se va, le dice:
- Vuelve mañana; y trae a tus amigos. Verás que te enseñaré más cosas de Dios y juntos nos divertiremos.
Y el niño volvió, acompañado por muchos otros. Luis entonces los lleva a los pies de la Virgen del Buen Consejo en la catedral; luego a su pobre cuarto, que se trasforma en aula y también en lugar de recreo. De allí en más, todo su tiempo libre será para ellos.
Pasados algunos meses, en mayo, organiza un hermoso mes de María para todos. Ya toda la ciudad de Tortona conoce a Luis y a sus chicos. Ya no caben en su pobre habitación de los techos de la catedral; entonces los lleva al aire libre, subiendo la cuesta hasta las ruinas del “castillo”. Muchas veces, mientras suben hacia allí, pasan ante un edificio con una imagen de la Virgen pintada en la pared; entonces hace un alto a la turbulenta tropa y todos se recogen en devota oración.
Unos treinta años después ese edificio se trasformará en una institución de la Obra: el Colegio Dante Alighieri. “Yo creo que el Señor -comentaba Don Orione- ha querido así mostrarme su agrado por ese humilde homenaje que mis niños y yo rendíamos a su Madre en aquellos primeros años.”
- Sabe, Monseñor, -se atreverá a decirle al obispo de Tortona, un día- los chicos son muchos, en la catedral alborotan y alteran la tranquilidad de los canónigos; la gente protesta. Necesitaríamos otro lugar, más grande...
- Y yo te doy mi jardín -dijo Mons. Bandi, sin vacilar-: Será el Oratorio de la juventud de Tortona.
Sin más tardanzas, el 3 de julio de 1892 tuvo lugar la solemne inauguración en presencia de dos obispos, muchos canónigos y otros eclesiásticos, sus compañeros seminaristas y una familia de amigos músicos: los Perosi.
Con apenas veinte años, Luis Orione pronunciaba un inflamado discurso tomando como lema: “¡Almas y almas!”.
Así nació el Oratorio San Luis, primera semilla de lo que habría de ser la futura Obra de la Divina Providencia. “Nuestra primera tarea, es el Oratorio –afirmará más adelante Don Orione-; es el campo de nuestras batallas apostólicas. La salvación de la juventud del mundo entero vendrá de los oratorios y las escuelas, no de los internados. ¡Y nuestra Obra nació precisamente de un oratorio festivo!”.

RECUERDOS, DIRECTIVAS Y EXHORTACIONES1

Buenos Aires, 3 de julio de 1936.

 
Mis amados hijos en Jesucristo:

¡Que la gracia del Señor y su paz estén siempre con nosotros! ¡Hoy es 3 de julio! ¡Que hermosa fecha! ¡Es una gran fecha ésta de hoy para mí, oh mis amados! Cuantos años han pasado desde ese 3 de julio (de 1892); masel recuerdo se me hace vivo, como si fuese ayer.
Era clérigo y custodio de la catedral: el Obispo de Tortona era Mons. Bandi, aún al principio de su episcopado.Los muchachos y jovencitos que estaban a mi alrededor eran tantos, algunos centenares, los había de las escuelas primarias, técnicas, secundarias y un hermoso grupo que ya trabajaba. No se los podía contener más, no cabían más en mi pequeña habitación, allá arriba, en la bóveda de la catedral, la última, no se los podía tener en la catedral, porque corrían por arriba y por abajo, por todas partes, no cabían más.
[...] El obispo, estaba muy contento de que se recogiesen esos niños y se hiciese un Oratorio Festivo en Tortona. Y dio su mismo jardín, y algunas habitaciones del palacio episcopal, en planta baja, donde ahora están las cocinas económicas. Fue el primer oratorio que se abrió en la diócesis, y estuvo en la casa del Obispo mismo. La inauguración se hizo el 3 de julio y fue solemne [...]. Había mucha gente, muchísimos niños. La inauguración se hizo en el jardín mismo del episcopado: algunos domingos después, todo se había reducido a patio. Recuerdo que [...] yo también leí una especie de discurso: ¡Almas y almas!. Mons. Bandi pronunció un hermoso discurso: se sentía que las palabras le salían del corazón. El oratorio se llamó: "Oratorio Festivo San Luis".
Se adaptó una capilla, un altar, con ese cuadro de San Luis (Gonzaga), que aún se conserva entre nosotros. Luego se agregó también una estatuilla de la Virgen Inmaculada que también está entre nosotros.
La Pequeña Obra de la Divina Providencia, nacida de ese primer oratorio festivo, y la primicia de esos

niños, ya había sido ofrecida y, diría, consagrada al Señor [...].Cuando se abrió San Bernardino, el oratorio fue confiado a otras manos, y pronto cayó. ¡Pero cuánto bien hizo ese primer oratorio! Luego, con la ayuda divina, fue abierto nuevamente, en el mismo lugar, en el primer año del episcopado de Mons. Grassi, mas causas diversas lo hicieron transportar a un lugar tal vez poco apto, y así terminó también este segundo oratorio. [...] Más cuanta consolación he sentido aquí, cuando supe que Su Excelencia Reverendísima, nuestro nuevo Obispo, lo volvió a abrir para la parroquia de la Catedral, ¡y en ese mismo
jardín! Deo Gratias!
 
Mis amados hijos, hoy 3 de julio, he querido recordarles ese primer oratorio y ese primer esfuerzo, no
sólo para que me ayuden a dar gracias a Dios, sino para que reflexionen bien que la Pequeña Obra nuestra ha

nacido de un Oratorio Festivo: un Oratorio de jovencitos ha sido la Piedra Fundamental de nuestra Institución. Y la Santísima Virgen, en momentos, entonces, de gran aflicción y de viva persecución, maternalmente se dignó a tomar desde entonces, bajo su manto celeste, no sólo el Oratorio –del cual había puesto las llaves en sus manos–, sino toda la multitud, sin fin, de los Hijos de la Divina Providencia que vendrían luego, de todo tipo y color....] La salvación de toda la juventud de todo el mundo, más que desde los colegios –que son, más o menos, hospitalarios– se obtendrá de los Oratorios Festivos y de la Escuela. Don Bosco decía: "¿Quieren salvar a un pueblo, a una ciudad? Abran un buen Oratorio Festivo". [...] Alrededor de cada Casa y por todas partes, en donde se encuentren los Hijos de la Divina Providencia, debe surgir pronto y florecer el oratorio festivo. Y digo festivo no cotidiano. [...] Y tengan en cuenta que el Oratorio Festivo no debe ser para una dada categoría de jovencitos prefiriéndolos de otros. No Todos los jóvenes, también los más abandonados y miserables, deben sentir que el Oratorio Festivo
es para ellos la Casa paterna, el refugio, el arca de salvación, el medio seguro para hacernos mejores, bajo la acción transformadora del afecto puro y paterno del Director. Que no haya, entonces, ninguna Casa de la Divina Providencia sin su Oratorio Festivo. [...] ¡Que toda nuestra vida sea irradiada de amor grande de Dios y de amor al prójimo, especialmente a la juventud más pobre, más abandonada, y Dios estará con nosotros!

[...] Los bendigo con toda la efusión de corazón en Jesús Crucificado y en la Santa Virgen; reciban los saludos más cordiales de éstos hermanos vuestros y ténganme como vuestro afectuosísimo, como padre en Cristo.
 
1 En Camino con Don Orione, carta nº 78.
 
DON LUIS ORIONE
Hijo de la Divina Providencia