viernes, 13 de enero de 2012

DON ORIONE EN LOS PROYECTOS DE LA IGLESIA ARGENTINA PARTE II

EN EL CONTE GRANDE, DON ORIONE Y EL CARDENAL PACELLI.

Don Orione en los proyectos de la Iglesia argentina
En este clima, preñado de realizaciones apostólicas posibles y deseadas, se encontró, y se inmergió concientemente, aquel sacerdote venido de Italia con fama de santidad que vivió “desde adentro” las emociones y las decisiones del Congreso Eucarístico, para el que había venido en la nave “Conte Grande” con el Legado papal, el card. Eugenio Pacelli, que sería después Pío XII. (3)
Hombre de una gran intuición social, constructor de relaciones y de unidad eclesial mediante las obras de caridad hacia los pequeños, los pobres, las clases obreras humildes, Don Orione sintonizó enseguida espiritual y apostólicamente con la sociedad argentina, país que no dudó en llamar su «segunda patria».
Muchas de las directivas ideales y prácticas del santo Fundador de Tortona eran justamente las más requeridas para el momento histórico que atravesaba la Iglesia de la Argentina. “¡Fuera de la sacristía! No perder de vista ni la Iglesia, ni la sacristía, o mejor dicho: el corazón está donde está la Hostia … pero, con las debidas cautelas, hay que lanzarse a un trabajo que no se limite al que hacéis en el templo». (4)
«Debemos promover una obra fuerte de penetración cristiana, especialmente en el pueblo trabajador, y devolver a la Iglesia las clases humildes, las masas de trabajadores tan amenazadas…». (5)
«Hacen falta obras de caridad: ellas son la mejor apología de la fe católica. La caridad abre los ojos a la fe y templa los corazones con el amor a Dios». (6)
Numerosos obispos argentinos reconocieron en Don Orione a un fiel realizador de aquella tercera directiva pastoral de «ganar la calle», que era la que más audacia, espíritu emprendedor, acción y santidad necesitaba. Don Orione encontró tantas “puertas abiertas” y tantas ayudas de todo tipo, seguramente por su santidad pero también, o justamente por eso, porque se metió en el crisol viviente de los problemas, los proyectos y las expectativas de la Iglesia, de sus Pastores y del pueblo argentino. Ciertamente, ésta es una de las razones del prodigioso desarrollo de la Congregación orionina en el trienio de 1934-1937, durante la permanencia del Fundador. (7) Al mismo tiempo, se iba desarrollando otro fruto del Congreso Eucarístico Internacional de 1934, por iniciativa de los Cursos de Cultura Católica y, especialmente, de su presidente Tomás Nicolás Casares, uno de los mayores exponentes del laicado católico argentino. (8) La finalidad de esos Cursos era la promoción de toda una serie de iniciativas de formación encaminadas a favorecer el surgimiento de mediaciones cristianas en el ámbito de la cultura, de la vida profesional, política, económica. La sede de los “Cursos de Cultura Católica”, desde 1934, se estableció en Buenos Aires, en la Calle Reconquista 572. Estos Cursos contribuyeron decididamente a crear un ambiente cultural católico en Buenos Aires, base de la futura “Universidad Católica Argentina”, fundada en 1957. (9)Fuente Don Flavio Peloso Revista Criterio

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