martes, 26 de febrero de 2013

PADRE ANGEL PELLIZARI, LIMONTA Y LA OBRA EN CHILE, POR EL PADRE ROBERTO SIMIONATO


El padre Angel Pellizari partió hacia la casa del Padre
(17.08.2011) El 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen, el P. Ángel Pellizari pasó a la casa del Padre. Fue el pionero de la presencia orionita en Paraguay.
Nació en Gossolengo (Piacenza, Italia) el 18 de julio de 1926, siendo el sexto de siete hermanos. Durante una visita a su hermano Narciso, quien había ingresado a la Congregación, se sintió impactado por el clima de alegría con que se vivía en el seminario menor, decidiéndose a entrar en la Congregación, el 14 de noviembre de 1937 en San Bernardino, Tortona.
Tras ser ordenado sacerdote en 1954, fue encargado del Oratorio de San Bernardino en Tortona, luego capellán de los obreros de la Onarmo, y más tarde director del aspirantado de la ciudad de Modena, donde estuvo solo un año, ya que 1965 llega como misionero a la Argentina.
En nuestro país, fue durante once años párroco de la Divina Providencia del barrio porteño de Pompeya (Buenos Aires), hasta que el 1º de agosto 1976, comenzó una nueva etapa como misionero en Paraguay, dando inicio a la misión “Ñeembucú Sur”, a la que un año más tarde se agregaría el recordado padre Luis Cacciutto.
Tras diez años de intenso trabajo de evangelización popular y promoción social, con abundantes frutos, el padre Ángel se trasladó a Asunción para iniciar el Pequeño Cottolengo Paraguayo, en la localidad de Mariano Roque Alonso.
En 1989 regresó a Italia donde es párroco de San Miguel (Tortona) hasta el año 2002, en que una enfermedad le obligó a abandonar sus tareas. Sus últimos nueve años los pasó en Génova, hasta su partida definitiva a la casa del Padre, a los 85 años de edad.
El padre Roberto Simionato, Viceprovincial de Chile, lo recuerda como alguien “bajito, pero que pensaba las cosas de Dios en grande”. “Tuvo el gran mérito de lanzarse y comenzar la misión de Paraguay, pese a la oposición de muchos...” explica el padre Roberto, agregando que “a sus jóvenes 50 años, en 1976 dejó la gran ciudad (Buenos Aires) y no le tuvo miedo al Paraná, a los esteros, al idioma guaraní y comenzó todo de cero, recorriendo inicialmente de a pie los caminos peliagudos del Ñeembucú”.

“Fue un gran misionero. A él le deben la vocación, después que a Dios, los varios hermanos paraguayos que hoy están en la Congregación”, concluye el padre Simionato.

Hace seis años que partió al encuentro con nuestro señor Jesucristo, nuestro querido y siempre recordado Padre Limonta.

Ya el año 2010 celebramos con mucho cariño y dedicación, una misa presidida por el vice- Provincial de la Congregación en Chile, el Padre Roberto Simionato, quien estuvo acompañado por el exalumno, sacerdote y Director del Cottolengo de Cerrillos, Padre Felipe Valenzuela, quien dio un emotivo testimonio de sus vivencias junto al Padre Limonta, que hicieron vibrar y emocionar a gran parte de los presentes.

Sin embargo, la celebración de este año no fue menor. Engalanó nuestra celebración la presencia del Obispo, Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, quien realizó la misa de celebración. En esta oportunidad, quedó de manifiesto la gran cercanía del arzobispo con todos los presentes en el gimnasio, en donde se realizó la Eucaristía.

Además, quedó muy entusiasmado con nuestra Banda, por ello los invitó para que se hicieran presentes en la gran “Marcha orgullosos de ser católicos”, a la cual asistieron los jóvenes siendo un gran apoyo y atracción en el desarrollo de la misma

No puedo dejar de mencionar el ceremonioso acto realizado en la mañana, el cual congregó a toda nuestra comunidad educativa, quien rindió un fervoroso homenaje a tan querido sacerdote: humilde, cercano y ejemplo de austeridad.

Considero importante para las futuras generaciones, que puedan contar con las palabras escritas en honor al Padre Limonta, por quien fuese su “regalón” el Inspector Héctor Rojas, quien solicitó al profesor José Novoa, las leyera frente al colegio. Estos datos serán históricos, puesto que las generaciones venideras podrán leerlos una y otra vez y saber quién fue este tan nombrado “chico Limonta” pequeño pero de un inmenso corazón.

UC apoyará obra de la Iglesia.

• Cuatro Facultades: Medicina, Derecho, Educación y Ciencias Sociales, darán asesoría profesional al Pequeño Cottolengo, Institución que acoge en Chile a medio millón de personas con severa discapacidad mental.

• El acuerdo se formalizó mediante un convenio de colaboración académica y asistencial, suscrito en junio.

Su Caminar en Chile

En el año 1942, dos años después de la muerte del Fundador, San Luis Orione, la Institución se estableció en Chile. Son los miembros de la congregación “Pequeña Obra de la Divina Providencia “, quienes recibieron de su Santo Fundador, la misión de “buscar con ardiente espíritu de apostolado, nuevas iniciativas y acciones sociales apoyadas en la Fé...De avanzar, y dar un paso más adelante en la ayuda a los demás, con la firme mirada en Dios..”

Así nació la Obra del Pequeño Cottolengo en Santiago, dedicada en sus comienzos a acoger a niños de la calle, y que hoy, 60 años después, en sus hogares del país recibe a niños y adultos no sólo desamparados, sino, en su mayoría, a personas “botadas” que padecen severa incapacidad mental y física. “El Pequeño Cottolengo, es una institución que atiende a personas discapacitadas física e intelectualmente, con daño neurológico severo y profundo, los cuales en su mayoría se encuentran en condiciones de riesgo social, involucrando factores de abandono, familias de origen en situación de pobreza y vulneración de sus derechos básicos.” Según lo describió el Dr. Ignacio Sánchez, Director de la Escuela de Medicina UC.

“Hago votos para que con este proyecto de colaboración con la P. Universidad Católica de Chile podamos contribuir a la defensa de la vida humana y a la dignificación de todos los hombres, concientes de que en todo ser humano brilla Dios” dijo el Padre Roberto Simionato, Superior Vice Provincial de la orden religiosa.

A su vez, el Rector UC, Pedro Pablo Rosso, expresó que con este acuerdo,”la Universidad acoge un desafío que es parte de su esfuerzo por colaborar con las personas para abordar y resolver los problemas que conlleva el desarrollo social. Y esta Obra (Pequeño Cottolengo) representa una gran oportunidad de servicio para la UC. Se trata de una Obra, agregó, “que acoge a los que la sociedad actual considera que no aportan nada, no sirven para nada y que son una carga, y Uds. son un testimonio para nosotros.”

El Trabajo Conjunto.

El apoyo de los profesionales de la Universidad Católica de las distintas áreas beneficiará a un número estimado de 580 niños y adultos discapacitados mentales y al personal de la Institución, que suma 200 empleados, 120 de ellos auxiliares que cumplen un esforzado y desgastador trabajo, atendiendo las necesidades de higiene y cuidados que requieren los residentes de los hogares de la Obra. “El 95% de ellos, dice el Padre Simionato, no son autovalentes, por lo que es muy importante para nosotros capacitar adecuadamente al personal, sobretodo en cómo abordar su cotidiano quehacer.”

Otras necesidades que el padre menciona son el apoyo de nutricionistas, kinesiólogos, educadoras y terapeutas para mejorar la calidad de vida de los discapacitados. “Sobretodo, de los niños, para que desarrollen al máximo sus pequeñas potencialidades.”

Para la Facultad de Medicina UC “el objetivo último es proteger y promover el cuidado de los discapacitados intelectuales y físicos, inspirándose en los valores cristianos, y poder, de esta manera, aportar, desde el ámbito universitario lo que nos es propio, al servicio de los pacientes y de nuestros alumnos “ señaló el Dr. Ignacio Sánchez.

“La realidad de los discapacitados intelectuales –agregó- es una verdadera radiografía al alma de nuestra sociedad, ellos nos enfrentan a las áreas más vulnerables de nuestra condición humana que muchas veces nos resistimos a conocer y aceptar....San Luis Orione llama a los niños con discapacidad los pararrayos de la sociedad, ya que son capaces de enterrar todo tipo de energía egoísta y negativa en nosotros y hacer florecer lo más notable de nuestros corazones.”

Obras de la congregación en Chile:

• La Escuela Básica e Industrial Don Orione de los Cerrillos.

• El Pequeño Cottolengo de Santiago.

• La Parroquia San José Benito Cottolengo de Santiago.

• La Parroquia San José de Iquique

• El hogar Don Orione de Antofagasta.

• La parroquia Santa Filomena de Quintero.

• El Colegio Don Orione de Quintero.

• El Pequeño Cottolengo de Quintero.

• El Colegio Mater Dei de Santiago.

• El Colegio Carmen Arriarán de Santiago.

• La Escuela N. Señora de la Guardia de Curacaví.

• La Escuela Especial Don Orione de Buin.

• La Parroquia Cristo Rey de Rancagua.

• El Pequeño Cottolengo de Rancagua.

• La Escuela Taller Don Orione de Los Ángeles.

• El Hogar de Ancianos de Los Ángeles.

• La Parroquia N. S. Perpetuo Socorro de Los Ángeles

• La comunidad Nuestra Señora de la Evangelización, Manchay, Perú

La ceremonia fue presidida por el Rector Dr. Pedro Pablo Rosso , le acompañaron en el acto que se desarrolló en

la Sala del Honorable Consejo Superior de la Universidad, el Vice Gran Canciller y Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Andrés Arteaga; el Reverendo Padre Roberto Simionato, Superior Provincial de la Congregación Religiosa Pequeña Obra de la Divina Providencia; los directores de la Obra Pequeño Cottolengo de Cerrillos y Rancagua; los decanos de las Facultades de Medicina, Derecho, Educación y Ciencias Sociales; directivos y académicos de dichas unidades académicas, los miembros del Consejo asesor Pequeño Cottolengo, y la señora Myrma Pichardo, de la Asociación de Damas Diplomáticas de Chile, entre otras autoridades.

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