jueves, 8 de marzo de 2012

ASIA, CONTACTOS Y SUEÑOS DE DON ORIONE, PARTE 1, INTRODUCCIÓN Y PALESTINA, ESCRITOS DEL PADRE FACUNDO MELA fdp, BLOG LO QUE YO RECIBI




POR UN
PRESENTE QUE TENGA FUTUROLa
inculturación del carisma en una Congregación que
cambia
29 de diciembre de
2011
Queridos
cohermanos,
Deo
gratias!
Escribo esta Carta circular
una vez más desde el Eremo de San Alberto de Butrio, donde estoy compartiendo
algunos días del tiempo de navidad con la comunidad de nuestros Ermitaños. Hay
tiempo para rezar y para reflexionar, en el silencio y delante de Dios, sobre la
vida personal y de la Congregación.
Pensando en la temática de la
Carta, me vino a la mente el pedido de algunos Cohermanos, de desarrollar el
tema de la inculturación de nuestro carisma en el mundo actual. [1]
El tema es grande y complejo.
Es muy importante porque el carisma orionita, “nuestra razón y forma de ser en
la Iglesia”, continuará en su camino de la historia si lograremos implantarlo,
con fidelidad y creatividad al mismo tiempo, allí donde estamos y actuamos.
Implantar el carisma en las diversas culturas fue el compromiso más que
centenario de nuestra Congregación, a partir de la fundación y de las primeras
misiones de Don Orione, en Brasil, Argentina, Uruguay, Polonia y, sucesivamente,
en muchas otras naciones.
Nuestro carisma orionita es
católico (universal) porque es evangélico. Y ya dio prueba de
su catolicidad también existencial porque fue asumido por diversas
categorías de personas (religiosos, sacerdotes, contemplativos, religiosas,
laicos consagrados, asociados o individualmente), por diversos pueblos
(unas treinta naciones) y atravesó diversas épocas y culturas de la
historia. [2]
Esta obra de inculturación
del carisma continúa. La misión de la Familia orionita será significativa y
eficaz, y tendrá en consecuencia futuro, si logrará presentarse, al mismo tiempo
fiel a sí misma pero también “como en casa” en el ambiente popular y cultural en
el que se encuentra. Justamente por esto entiendo reflexionar con ustedes,
queridos Cohermanos, sobre la inculturación del carisma orionita en el actual
contexto histórico de la Congregación. Lo considero una tarea de urgencia
extrema. La vitalidad de la Congregación en los diversos Países en los cuales
está encarnada, depende de la buena síntesis vital entre fidelidad al carisma y
adhesión al propio ambiente histórico-cultural.
UNA
NUEVA Y GLOBAL INCULTURACIÓN DEL CARISMA
La cultura y la historia
influyen en el carisma, determinan un diálogo y una nueva expresión, con
dificultad y oportunidad, adaptaciones y cambios, renovación. Don Orione mismo,
fiel a su carisma, enfrentó varias inculturaciones. En aquella Italia del
florecimiento social (hasta 1914), él promovió sobre todo, escuelas, colonias
agrícolas. Después, en el clima y en las condiciones de los años del fascismo
(1922-1943), Don Orione y la Congregación se dirigieron en especial a los
huérfanos, a los pobres, a las categorías de los más abandonados, surgieron los
Pequeños Cottolengos. En la época sucesiva de la “reconstrucción social”, la
Congregación se abrió a las emergencias del post-guerra con decenas de obras
para huérfanos, mutilados y discapacitados, escuelas profesionales y casas del
joven trabajador.
En fin, mirando la historia
en Italia, resulta evidente que la Congregación permaneció fiel a su carisma
renovándose según los tiempos y el contexto social.
Y hoy, ¿cómo está yendo la
inculturación de nuestro carisma en el mundo?
Desde mi conocimiento de la
Congregación, observo que en las diversas naciones, estamos llamados a
una inculturación del carisma que más que nueva es también global,
porque nuevos y globales son muchos aspectos del mundo de la economía, de las
costumbres, de la cultura, de la política, de la religiosidad. En el pasado,
cuando el mundo estaba menos comunicado, la inculturación era más específica en
cada nación individual. El “hacerse veneciano con los venecianos, inglés con
los ingleses, brasilero con los brasileros” indicaba el encuentro con
culturas y situaciones bien definidas.
Debemos tomar conciencia que
el cambio al cual está llamada la Familia orionita hoy, es más global.
Aún más, por nuestra clara
vocación “popular” de estar en contacto con la gente y de realizar un servicio
encarnado, estamos llamados a cambiar en el mundo que cambia para estar “dentro
de nuestros tiempos” y tener futuro. El cambio se da inevitablemente. Sólo
podemos elegir – y de hecho elegimos – el hecho de cambiar bien, es decir, de
modo actualizado y fiel, o cambiar mal, o sea, sufriendo pasivamente los tiempos
y las costumbres sin identidad carismática, o más bien, volviéndonos extraños al
tiempo y costumbres actuales.
Sin inculturación del carisma
todo se reduciría a enunciados de ideales y a una oferta devocional; memoria y
no proyecto; nostalgia y no propuesta.
“Hagamos la señal de la
cruz y lancémonos confiados en el fuego de los tiempos nuevos”. [3] En esta indispensable obra de inculturación
del carisma para un presente que tenga futuro, todo puede servir: la reflexión
amigable y espontánea, las reuniones de Congregación, la actuación cordial y
comprometida de las líneas dadas por los capítulos y superiores; los
Secretariados son un laboratorio cultural y práctico de renovación.
Como una contribución
personal, anoto algunos núcleos principales de inculturación del carisma a los
que está llamada la Congregación.
LA EVOLUCIÓN DE LAS OBRAS DE CARIDAD
Ya se dió una notable
evolución en las tipologías y formas de gestión de las obras de caridad, [4] aunque también en su calidad y significado
apostólico.
En un contexto en el que
generalmente creció la previsión estatal, disminuyó notablemente la providencia
actuada por la Congregación en favor de los más desprovistos y desamparados.
¿Puede bastar para los Hijos de la Divina Providencia ser buenos gestores de
la previsión social?
En todas las naciones en las
que estamos presentes, hasta hace algunos decenios, bastaba abrir una obra
asistencial y ella era inmediatamente una obra caritativa, un buen signo de la
caridad de la Iglesia y de la Congregación “para llevar a los pequeños y los
pobres a la Iglesia y al Papa, para Instaurare omnia in Christo”, según el
carisma.
Hoy, después de la evolución
desarrollada, no es más automático que una obra asistencial, social o educativa
sea, ipso facto, una obra caritativa-apostólica. [5] Hay obras asistenciales “como todas las otras”,
casi privadas de calidad y significado apostólico. Justamente por esto nació el
justo e inevitable esfuerzo de tantos cohermanos, las inquietudes, las
impaciencias y los proyectos que en los Capítulos generales tomaron el nombre de
“relanzamiento apostólico”, “reapropiación del carisma”,
“conversión apostólica” de las obras de caridad. Todos percibimos el
problema de las “obras de caridad” que no “abren los ojos a la
fe”.
Así como es global el cambio
– ya en acto- de identidad, de gestión y de sentido de las obras, así deberá ser
global y congregacional la nueva inculturación de este instrumento fundamental
de nuestro carisma, querido y establecido por Don Orione y reconocido por la
Iglesia.
Hay que agregar que no sólo
cambió – y debe cambiar - la dinámica de las obras, sino también aquella de los
religiosos que actúan en ellas. El último Capítulo general habla de identidad y
rol de los religiosos llamados a ser en las obras, sobre todo “testigos”,
“garantes del carisma”, “pastores”, “formadores”, “profetas”, [6] con dinámicas de relaciones nuevas, pero no
menos exigentes que aquellas del pasado.
Acerca de esta nueva y
necesaria inculturación (= discernimiento, adaptación, renovación, creatividad)
de las obras carismáticas, la Congregación está en movimiento desde hace tiempo.
Tenemos experiencias interesantes a las cuales observan también otras
Congregaciones. Van tomando cuerpo alcunas innovaciones en las modalidades de
gestión, se busca actuar un nuevo rol de los religiosos en las obras, se pone en
el centro la relación apostólica de la obra con el territorio.
Coraje, queridos hermanos;
contribuyamos a la evolución de las obras de caridad de modo tal que continúen
siendo carismáticas y apostólicas también en el contexto social actual muy
cambiado. En algunos casos, se tratará de dejar ciertas obras no convertibles en
instrumento de apostolado.
Sé que la evolución de las
obras creó y crea tensión de interpretación y de soluciones. Es inevitable
porque no existen soluciones inmediatamente evidentes.
El cambio de nuestra relación
con las obras nos llama, nos provoca, y algunas veces también nos desanima. Pero
estamos allí, la Congregación está ahí, para enfrentar el cambio. Es muy
necesario el diálogo y el intercambio de experiencias positivas. Se va
delineando un camino común con las indicaciones de los últimos dos Capítulos
generales y la acción de los Secretariados. No debemos ser ni catastróficos
(“Basta, se terminó la época de las obras”) ni ilusos (“Las obras hablan por sí
mismas”). Ninguno quede “fuera” del tema, sino que ofrezca la propia
contribución de ideas y sobre todo la colaboración práctica en las comunidades
locales y en las actividades, la participación en los secretariados y otras
reuniones de Congregación.
EVOLUCIÓN
DE LOS POBRES Y LA POBREZA
Otro ámbito en el cual hoy la
fidelidad a nuestro carisma debe renovarse es la indicación dada por el Fundador
de dedicarse a los “pobres más pobres”. Nuestro futuro pasa a través de
una nueva fidelidad a los “pobres más pobres”, expresión a menudo
abusada y vaciada de contenido, pero llena de realismo en el pensamiento y la
práctica de Don Orione y de tantos orionitas.
La última circular del
sexenio precedente estaba dedicada a este tema: “Quede bien determinado que
la Pequeña Obra es para los pobres” [7] . Es un punto
infranqueable del carisma, un “muro firme” del límite para caminar
fieles tras los pasos de Don Orione. Don Orione quiso reforzar el
“guard-rail” de nuestro camino carismático con un juramento especial de
pobreza. [8] Quien colabora a mantener el muro firme [9] del estilo personal pobre y del servicio a los
“pobres más pobres” contribuye a un presente de la Congregación que
tenga futuro. [10]
Pero existen también
dificultades concretas nuevas. Hoy las categorías y el ambiente de los pobres,
que son nuestro habitat en el cual crece la planta única con diversas ramas de
la Divina Providencia [11] , están en
evolución, cambiaron.
No es mi tarea llamar la
atención sobre visiones, interpretaciones y diagnósticos sociológicos. Deseo
solamente hacer una observación interpretativa carismática que puede servir para
la inculturación.
Existen aún los pobres
localizados en una región geográfica de la nación o de la ciudad, pero muchos
conviven en el tejido ordinario de la sociedad. Hoy, la categoría “pobreza” se
extiende a toda experiencia del límite o de la necesidad de las personas:
material, espiritual, físico, psíquico, relacional, cultural, religioso. La
menor homogeneidad geográfica o sociológica de nuestros destinatarios, los
pobres, puede llevar a concluir: “Bien, entonces hagamos un poco de todo”,
genéricamente, “porque al final todos son pobres”. Es cierto, pero nuestra
presencia perdería su prerrogativa carismática de ser “para los pobres más
pobres”, como su signo eclesial específico.
Ciertamente el “para los
pobres” entendido por Don Orione significa “para todos los
pobres”. No eligió una categoría específica como otros fundadores
(enfermos, discapacitados, niños, trabajadores, ancianos, inmigrantes, mujeres,
etc). Pero en Don Orione hay otra cosa. Si por un lado es evidente la
universalidad de destino y de acción caritativa querida por él, por otro lado es
claro también su concentración carismática: “Nosotros estamos para los
pobres, es más, para los más pobres y más abandonados” [12] .
¿Qué entendía con la
expresión “los más pobres”?
Aquí tenemos casi una
definición: “los más pobres entre los pobres, es decir, aquellos de quienes
ninguno se ocupa y no pueden ser recibidos en otros institutos” [13] . En efecto, “aquellos que tienen una
protección de otra parte, para ellos existe ya la providencia de los hombres,
nosotros somos de la Divina Providencia, o sea, no estamos más que para ayudar a
quien le falta y ha agotado toda providencia humana”. [14]
“Los más pobres”
son “los más abandonados”, los “desamparados”, los más
desprovistos de otras providencias. Este es el criterio de discernimiento y de
proyecto carismático. Un orionita no debe jamás olvidar que el carisma no nos
ata a un tipo de pobreza, pero el carisma nos liga a la condición de mayor
abandono de los pobres. Debemos privilegiar la caridad hacia “los más
abandonados, los más desamparados”, porque esto era y será en el futuro el
signo público y simple, eficaz y convincente, “para hacer experimentar la
Providencia de Dios y la maternidad de la Iglesia” querido por Don Orione.
Ninguna incertidumbre:
“los más pobres” de Don Orione y de los Orionitas son “los más
abandonados”, los “desamparados”, los más desprovistos de otras
providencias. La caracterización del “privilegium orioninum” para los pobres es
su grado de abandono y de falta de otras previdencias : “Nosotros somos de
la Providencia Divina, es decir, no estamos más que para ayudar a quien le falta
y ha agotado toda providencia humana”. [15]

Queridos cohermanos, escribo
estas cosas durante la oración y siento tocar un punto fundamental para la
custodia y la promoción de nuestro carisma, y por lo tanto de nuestro futuro. En
la inculturación de nuestro servicio a los “pobres más pobres”
considero que la Congregación deba hacer una reflexión y un camino muy decidido
respecto a cuanto se ha hecho hasta ahora. No es fácil. La continua
desproporción de nuestro número de religiosos y la extenuante exigencia de las
instituciones grandes y tradicionales, nos ha impedido casi del todo inculturar
este aspecto “conditio sine qua non” de fidelidad al carisma: el destino “a
los pobres más pobres”.
Conforta a todos saber que la
inculturación del servicio a los “más pobres” continúa a darse
especialmente en las nuevas misiones. Pero existe mayor necesidad – aún siendo
más difícil – en las Provincias consolidadas; aquí algo se hizo, sobre todo
sosteniendo a los laicos en la realización de grupos de ayuda, centros de
escucha, casas de familia para la vida naciente, pequeñas instituciones para
menores en riesgo, iniciativas de ayuda para los inmigrantes, algún ambulatorio
gratuito para los pobres, iniciativas de ayuda a los pobres fuera de las
instituciones, etc. Todo esto es muy bueno.
Avancemos, en cuanto
religiosos y en cuanto comunidad religiosa, para estar “in prima linea Pro
Providentia” [16] . Existen dos decisiones del 13
Capítulo General que van en este sentido.
Decisión
28: Cada Provincia, discerniendo
en la propia realidad las formas con las cuales la vida está más amenazada (vida
naciente, vida débil, inmigrantes, etc.), defina las acciones más significativas
para su defensa. En todas nuestras obras (educativas, asistenciales,
parroquiales) que hayan signos concretos de acogida e interés por la pobreza de
los más ¨desamparados¨ (abandonados).
Decisión
29: Cada Provincia, dentro del
próximo sexenio, constituye una nueva comunidad (o realiza al menos una
experiencia significativa) que comience pobremente entre los pobres.
Ciertamente los discursos son
complejos, pero sobre este punto estrictamente carismático, o respondemos de
modo actualizado o terminamos “fuera de juego”. Un orionita fuera del campo de
los pobres está fuera de juego y no podrá realizar su “gol” [17] carismático.
EVOLUCIÓN
DEL AMOR AL PAPA
También nuestro modo de amar
al Papa evoluciona porque cambió el contexto dentro del cual estamos llamados a
amar al Papa.
Don Orione afirmaba: “Mi
fe es la fe del Papa, es la fe de Pedro”. Escribió en su Plan y Programa
(1903) que “Este fin – unir al Papa para instaurare omnia in Christo – es
propio de nuestra vocación. (...) La Obra de la Divina Providencia, encendida de
un grandísimo y filial amor al Vicario de Nuestro Señor Jesucristo en la tierra,
goza obligándose con un vínculo especial a la Catedra del Beato Pedro” [18] .
Sabemos bien que nuestro IV
voto de “especial fidelidad al Papa” [19] no tiene
solo contenidos doctrinales o disciplinares, sino que pide un amor activo,
encarnado, filial y pastoral, “para poder atraer y llevar a los pueblos y la
juventud hacia la Iglesia y hacia Cristo. Entonces quitaremos el abismo que se
va creando entre el pueblo y Dios, entre el pueblo y la Iglesia” [20] .
Estar en este “abismo”, sobre
todo en la parte de los pobres, para “quitarlo”, es el lugar carismático de los
orionitas.
Este abismo fue producido a
lo largo de la historia por diversos factores: por ejemplo, la cuestión romana y
la separación Iglesia – Estado en los tiempos de Don Orione, el socialismo que
seducía las masas populares, el liberalismo ateo, y luego contribuyeron varias
ideologías políticas y movimientos culturales, hasta los recientes fenómenos del
secularismo y del relativismo individualista.
Hoy, ¿cómo hacer para
reforzar, al interno de la Santa Iglesia, la unidad de los hijos con el padre
(es decir, el Papa), y al externo, rehacer la unidad quebrada con el padre ... y
esto con el apostolado de la caridad entre los pequeños y los pobres, mediante
aquellas instituciones y obras de misericordia más adaptadas? [21]
Para responder debemos mirar
las formas de división y los “abismos” que existen entre los pobres y la
Iglesia, entre el pueblo y el Papa.
Pensamos en Don Orione: vivió
en un clima liberal – masónico anticlerical e iluminista; era el clima de
marginación de la Iglesia contrapuesta al mesianismo socialista que conquistaba
al pueblo y a los pobres; era el tiempo de la hostilidad agresiva hacia el Papa
como persona y hacia la Iglesia como tal.
Hoy no está más aquel odio y
hostilidad manifiesta hacia el Papa presente en el tiempo de Don Orione. Al
contrario, hoy vemos al Papa aclamado y reverenciado en las transmisiones
televisivas , en plazas con millones de jóvenes, como en Madrid, o de multitudes
inmensas en los viajes apostólicos. Todos los grandes de la tierra se apuran en
expresar, y algunas veces de ostentar, su obsequio al Papa.
Hoy surgen otros abismos de
separación y de hostilidad. Los ataques al Papa no son más tan frontales,
doctrinales, referidos a su persona. Son más bien prácticos, indirectos,
manifestados y actuados en las costumbres de vida.
“USA love singer, but not
the song” (Estados Unidos ama el cantante, el Papa, pero no la
canción, aquello que dice) titularon los diarios americanos después de la
exitosa JMJ con Juan Pablo II en Toronto. Es el abismo que domina
hoy.
Estando así las cosas,
nosotros seremos orionitas no sólo si nos unimos a muchos que aplauden al
cantante, sino si amaremos la canción y la volveremos a cantar con nuestras
palabras y actividades en medio del pueblo y los pobres.
El Papa no es atacado por su
rol de Papa, como en el Piemonte “gallicano” y en la Italia de Don Orione. Hoy,
el primado del Papa no es contestado sino reducido a símbolo social. Se le da
gustosamente el escenario, también por motivo de los buenos resultados
mediáticos y económicos, pero luego, el Papa y los obispos con él, son ignorados
o atacados en el terreno de los valores y las costumbres, socialmente inducidos
y claramente contrapuestos: valores sociales, familiares, de la sexualidad, de
la economía, de las relaciones políticas internas e internacionales.
Salvo alguna veleidad, no se
ataca directamente la persona del Papa y la presencia de la Iglesia. Sería
“impopular”. No, simplemente se muestra el mundo eclesial como extraño a la
modernidad, con una fe y ritos folkloristicos, fuera de lo común, mientras la
vida de la gente va por otro lado, a un abismo de distancia.
Un pequeño particular.
Sabemos la formidable relevancia mediática que tuvo la Jornada mundial de la
juventud en Madrid. Horas de transmisión en directo en todo el mundo, páginas y
páginas de periódicos. Pero luego, un gran diario italiano, describiendo el
“kit” de materiales que llevaban los jóvenes de la JMJ, terminaba el elenco
diciendo “ y naturalmente, con un paquete de preservativos”. Como
diciendo: el Papa hace grandes discursos, lo aplauden, pero después, la moral y
la vida van por su cuenta, con un abismo de distancia.
Estos puntos de lectura del
contexto dentro del cual ser papalinos hoy, sirven solamente para interrogarnos
con qué formas y en qué campos, o abismos, debe expresarse nuestro compromiso de
“quitar el abismo que se va creando entre el pueblo y Dios, entre el pueblo y la
Iglesia”
También nuestra papalinidad
va inculturada, actualizada.
LA
EVOLUCIÓN DE LAS VOCACIONES
Es otro factor en evolución
global que toca a toda la Congregación. La variación de los miembros y de las
nuevas vocaciones de la Pequeña Obra implica algunos cambios importantes para la
inculturación de nuestro carisma en el presente y en el futuro.
La carta es ya bastante larga
y por ello anoto solamente tres indicadores de este cambio.
1. Hay un descenso de las
vocaciones orionitas religiosas (miembros y aspirantes), consistente, estable,
localmente diversificado. [22]
2. Hay una redistribución
geográfica de las vocaciones orionitas. Sucedió en la Congregación aquello que
sucedió en la Iglesia. Los miembros de la Congregación, hace 50 años, eran el 70
% europeos y el 30 % de otras naciones; ahora, la proporción es exactamente el
contrario. [23]
3. Hay un crecimiento de las
vocaciones orionitas laicales. El carisma orionita se encarna siempre más con
hábito laical y secular; esto no relativiza, sino que responsabiliza a los
religiosos. [24]
Estos cambios en las
vocaciones orionitas son muy importantes para la inculturación del carisma en el
futuro próximo.
“Con coraje muy superior a nuestras
fuerzas”
Concluyo estas puntuaciones
acerca de algunos cambios que interesan a la inculturación del carisma,
invitando a “¡ aumentar el coraje muy superior a las fuerzas que sentimos,
porque donde terminamos nosotros, allí comienza la acción de Dios que está con
nosotros! Confianza en Dios!” [25] Este famoso
texto de Don Orione prosigue con la recomendación: “¡estén unidos en la
caridad de Jesucristo!”. Es justamente acerca de la unión fraterna que
quisiera decir la última palabra: asegura la presencia y la acción de Dios con
nosotros, valoriza todos los talentos personales.
Para actuar aquel
movimiento/renovación necesario para la inculturación del carisma, se pide que
formemos un solo corazón y una sola alma, un cuerpo bien articulado.
Por lo tanto, querrámonos
bien en el Señor y estimémonos entre nosotros. Cultivemos el espíritu de familia
y reavivemos la buena conciencia de gastar la vida por una buena causa: Dios, la
Iglesia, las Almas. Amemos a Don Orione y amemos aquello que Don Orione
amaba.
Un pensamiento a los más
ancianos: promuevan la unidad de la familia; con su historia, alimenten el
espíritu de familia. Aunque tantas novedades los superen o no se sientan de
enfrentarlas, no se cierren ni se aislen del camino de la Congregación de un
modo autoprotegido y falto de esperanza. Cultiven la apertura a los demás y a la
novedad. “Quidquid minimum”, pero adelante, con un paso o aunque sea con el
deseo para “no colocar la lámpara debajo de un cajón” .
Un pensamiento a los más
jóvenes: eviten inútiles fugas ideales; no frustren las energías en caminos
solitarios y rápidamente interrumpidos. Unidos, harán y ayudarán a realizar el
movimiento posible y duradero a la comunidad y a la Congregación. Don Orione
contaba emocionado acerca de Jacob que “tenía consigo la mujer, los hijos y
también sus corderitos, y viendo que no lograban seguir al hermano (Esaú), le
rogó que tenga compasión de ellos y mida su paso al de ellos: gran ejemplo,
grande enseñanza de la Sagrada Escritura” [26] .
Hay necesidad de mucha
fraternidad y unidad, de compasión y paciencia, fundamentales para tener juntos
nuestros pobres miembros, los hermanos de la Congregación, en el camino de
inculturación al cual estamos llamados hoy.

NOTICIAS DE FAMILIA
Como de costumbre, os señalo algunos eventos importantes de los
últimos meses, y os invito a manterneros informados sobre la vida de la
Congregación visitando el sitio oficial http://www.donorione.org/, actaulizado a diario, y
también los sitios particulares de cada Provincia.
Kenia. Del 16 al 24 de septiembre, junto al P.
Malcolm Dyer, he realizado la visita canónica a las dos comunidades orionistas
de Kenia, Nairobi-Langata
y Kaburugi
. Ha supuesto un momento importante de comunión pero también de
proyecto en esta presencia de Congregación que va creciendo. En la
casa-seminario de Langata hay un buen grupito de jóvenes
aspirantes y hubo 4 primeras profesiones.
Los hermanos de Langata tienen a su cargo la parroquia de
Kandisi. Se trata de una parroquia rural, pobre, poco distante
de la capital, en la región de la etnia Masai dedicada al pastoreo. La gente
está preparando, con sus propios ahorros, la casa para la comunidad religiosa.
Sueñan también con una escuela para sus hijos que actualmente tienen que
recorrer 5 km para llegar a la más cercana.
En Kaburugi, los Cohermanos tienen la
responsabilidad de otra parroquia similar y de un pequeño pero ejemplar Centro
de rehabilitación para muchachos con graves discapacidades. También con pocos
medios económicos, ayudan a más de 40 muchachos y muchachas, desde los servicios
más simples hasta la inserción laboral protegida en los invernaderos y en los
huertos del centro. En toda Kenia se habla de este pequeño Centro porque es un
modelo a imitar. “Con este pequeño Centro –ha dicho el P. Alex Ruiz– está
cambiando la conciencia de las personas con discapacidad en Kenia, considerada
hasta hace poco como una maldición inútil”. De la misma opinión se manifestaba
el Nuncio apostólico, Charles Lebeaupin y el Obispo de la diócesis de Muraga,
James Wainaina Kungu, que ha ofrecido dos terrenos para otra obra para jóvenes
con discapacidad física, muy numerosos en la diócesis y tenidos escondidos.
Las abundantes peticiones y posibilidades de desarrollo nos
animan y también nos comprometen. Envía, Señor, trabajadores a tu mies.
Durante la visita fue lanzado el proyecto Don
Orione for Marsabit
en ayuda de las poblaciones del Noreste de
Kenia, golpeado por la carestía y por el hambre.
Fue pensado con el Padre Malcolm, delegado de la misión de
Kenia, Don Eldo Musso, consejero para las obras de caridad, Don Alessio
Cappelli, responsable de la Fundación Don Orione, y con los Cohermanos de Kenia;
la Madre general Sor María Mabel ha asegurado también la disponibilidad de las
Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad presentes en Kenia. La ayuda a la
población en situación de dramática carestía y de hambre – en varias ocasiones
señalada por el Papa – es para los orionistas también una ocasión para renovar
la sensibilidad de “primeros auxilios” tan expresada por Don Orione y por
tantos cohermanos en la historia antigua de la Congregación. Sará también una
buena ocasión para hacer sentir a la joven Familia orionista en Kenia que en el
mundo hay una gran Familia solidaria y dispuesta a ayudar.
Con la ayuda económica proveniente sobre todo de la generosidad
de las casas y provincias de la Congregación se ha hecho ya una primera expedición de tres
semanas en octubre
. Para enero-febrero hay programada una segunda expedición de
solidaridad
que además de la ayuda material prevee una ayuda también
pastoral. El obispo de Marsabit, Peter Kihara, nos ha asignado la casa de la
parroquia de Kargi, un pueblo a unos 75 Km de Marsabit, desde hace tiempo vacía
y sin sacerdote, en una zona de gran pobreza y abandono. En esta expedición, que
se iniciará el 24 de enero, participarán nuestros Don Vittorio Muzzin, los
keniatas Ian Kiprotich Katah (tirocinante) y Anthony Gachau (postulante), tres
hermanas y tres laicos, dos de Pontecurone y uno de Madrid. Desde Kargi, el
gruppo llevará las ayudas (alimentos, medicinas, pequeñas cisternas para recoger
el agua de la lluvia) y harán tareas de encuentros con la gente, visitando las
familias, visitando niños y enfermos, celebrando en la iglesia parroquial.
A través del sitio http://www.donorione.org/ he dado información de mi
viaje al Chaco argentino, a Itatí y en la región de Ñeembucú, en
Paraguay.
Esta visita me ha tocado mucho interiormente tanto porque tenía
en la memoria visita – la única en estas tierras – de nuestro Don Orione como
por lo visto y encontrado en la actualidad. Todas las etapas Saenz Peña, Itatì, Rosario y General Lagos,
Barranqueras y
Ñeembucú han estado
ricas de encuentros, de momentos de fe y de conmoción humana y sacerdotal. Tengo
aún en los ojos las grandes celebraciones, jocosas y devotas, pero también la
visita a las muchas pequeñas comunidades-con-capilla: la fe y la iglesita
constituyen una auténtica riqueza para esta gente. Pero les falta aún a
demasiadas personas.
Los
santos de la Familia
El año pasado, Sor María Plautilla Cavallo fue
proclamada “venerable”, es decir que ha sido ultimado el proceso de
beatificación y sólo se espera un milagro para que pueda ser proclamada “beata”.
Para ella han sido hechas unas celebraciones de
agradecimiento
sobre todo en su pueblo natal, Roata Chiusani (Cuneo), y en
el Santuario de la Guardia de Tortona. Intervinieron el obispo de Cuneo y
Fossano mons. Giuseppe Cavallotto, la madre general, sor Mabel Spagnuolo, y el
postulador Don Aurelio Fusi. Está ya en la librería la nueva biografia escrita
por Don Aurelio Fusi, Suor Maria Plautilla. Un
riflesso del volto di Don Orione
. Ed. Paoline, Milano 2011, p.232. En
el Prefacio, el Card. Ángel Bagnasco ha observado: «Lo que ha estado
verdaderamente grande en ella – tanto que el eco nos ha llegado hasta hoy – es
la atmósfera interior que coloreó con algo divino la monotonía insignificante de
su trabajo. Pero de esta atmósfera, sólo Dios podría darnos referencia. Y ya se
sabe que a Dios, especialmente con sus predilectos, le gusta mantener los
secretos nupciales».
Hemos tenido noticia de que el proceso sobre la vida y
martirio del P.
Ricardo Gil Barcelón y del postulante Antonio Arrué Peiró
ha
obtenido el voto positivo de la Comisión Teológica. Ahora sólo falta el voto de
la Congregación de los Cardenales y la publicación del Decreto por parte del
Santo Padre. También este proceso está concluido y esperamos como “próxima” su
beatificación.
Este año hemos recordado con particular devoción el 60° de la muerte del
“venerable” Don Carlo Sterpi
, con celebraciones en Gavazzana, su
pueblo natal, y en Tortona. Para la beatificación sólo falta el reconocimiento
de un milagro atribuido a su intercesión. Debemos rezar.
El Congreso misionero de la
Familia Orionista
(20-23 de noviembre) reunió durante tres días a
cerca de 100 representantes de las dos Congregaciones religiosas, del MLO y del
ISO sobre el tema “Tudos
en misión. Como el Padre me ha enviado a mí así también os envío yo
”.
El congreso tuvo como objetivo, informar, hacer discernimiento y dar
instrucciones para actualizar las decisiones de los respectivos Capítulos
generales y para elaborar el proyecto misionero del próximo sexenio. Se concluyó
con el envío de Paulin Preka, orionista albanés que partía para Mozambique y de
Sor María Silvina, PSMC argentina que partía para Costa de Marfil.
Un breve documento conclusivo recoge las líneas del proyecto
misionero para el sexenio
, algunas específicas de las dos Congregaciones y
otras comunes.
El Congreso Administrativo (24-27 de
noviembre) tuvo como tema general “Providencia y trabajo:
líneas para una gestión carismática de las obras
". Relaciones y reflexiones
de grupo se alternaron sobre los temas principales: dinámicas de gestión y
calidad apostólica de las obras en la sociedad actual; pobreza y comunión de
bienes en un mundo globalizado; sujetos jurídicos y sus propias dinámicas;
nuevos recursos, fund raising y bienhechores; caja común y comunión de bienes; y
otros temas varios.
Nuevos Consejos provinciales en América Latina,
han sido nombrados los Consejos Provinciales para el trienio 2012-2014
en la Provincia “N. S. de la Guardia” (Buenos Aires), N. S. de Fátima (Brasil),
N. S. da Anunciaçâo (S. Paulo) y N. S. del Carmen (Santiago de Chile).
Felicitaciones y oraciónes para los Cohermanos que desarrollarán este servicio,
tan precioso para la fidelidad a la vocación religiosa y para la unidad de la
Congregación. Don Orione decía a los superiores: “La perfección del gobierno
está comprendida en estas cinco palabras: vigilar, amar in Domino, soportar,
perdonar y apacentar in Domino”.
La reunión de los Consejos
generales FDP, PSMC, ISO y MLO
(2-3 de diciembre) es, cada año, un
momento importante de comunión y de programación. Un tiempo importante ha sido
dedicado a la información recíproca, a los temas de colaboración de las dos
congregaciones religiosas, a la valoración del Estatuto del MLO que será
presentado para su reconocimiento canónico a la Congregación para la Vida
Consagrada y, finalmente, al calendario.
El Decreto
de erección de la nueva Provincia Madre de la Divina
Providencia
, fechado el 20 de noviembre de 2011, concluye el
iter jurídico de la unificación de las precedentes Provincias San Marcial
(Tortona), San Benedicto (Génova) y SS. Apóstoles Pedro y Pablo (Roma). Desde 29
de junio de 2012 iniciará su andadura la nueva Provincia que tendrá sede en
Roma, en la “Villetta rossa” de Vía de la Camilluccia 142. Si trata de un cambio
necesario y no fácil a nivel jurídico-administrativo dada la fuerte reducción
numérica de religiosos en Italia, cuna del Fundador y de la Congregación.
Motivos de oración
Como siempre, confío a vuestras súplicas y oraciones a nuestros
difuntos que han llegado al Señor para recibir el premio de los siervos buenos y
fieles.
Han muerto los cohermanos Don Andrea Giuseppe Alice,
Don Timoteo Peñalver y Don Ignazio Cavarretta (a los 99 años, era el más
anciano); las hermanas: Sor María Estela, Sor María Quirina, Sor María
Bertila, Sor María Eustella y Sor María Aurelia; y Cettina Lo Cascio, una
consagrada del ISO.
Con agradecimiento, confiamos a la bondad del Señor, a nuestros
parientes difuntos: el papá de P. Paul Mboche Mwangi, Ch. Sebatião
Bertoldo Tigre Filho y del P. Hugo Rubén Camino; la mamá del Ch. Nab
Mathias Dabire, Pe. Francisco de Assis Silva Alfenas y de Mons. Raymond Ahoua,
obispo de Grand-Bassam (Costa de Marfil); los hermanos del P. Vicente
Di Iorio, D. Ignazio Terzi (ya fallecido) y D. Damian Danut Ciobanu; las
hermanas de Fr. Orlando Boggio, D. Giovanni Bianchin (ya fallecido),
Ch. Carlos Ignacio Espinola Pereira y Sor María Tecla de las hermanas de San
Camillo, hermana de D. Severino Didonè.
En cada casa y provincia, recordamos además a los Amigos,
Bienhechores y Colaboradores más cercanos a nosotros y a cada obra.
Muchos de nuestros Cohermanos son provados particularmente por
el sufrimiento y la enfermedad; tienen necesidad de nuestro apoyo, de nuestro
afecto y de nuestra oración.
¡Felicidades!
Concluyo con las felicitaciones de Feliz Navidad y Feliz Año
2012
.
Los Padres de la Iglesia decían que el buey y el asno nos
representan a todos nosotros. El buey, en particular, representa al pueblo de
israel que tenía el yugo de la ley y el don de la Palabra, y además tenía
dificultad en reconocer a su Señor. ¿Y el asno? El asno representa a todos los
pueblos que no tenían la luz de la palabra de Dios, pero tenían la creación y la
naturaleza, y aún así no han reconocido al Creador. Por esto ha venido Jesús en
medio de nosotros, para abrirnos los ojos y poder reconocer al Padre, al Señor
Dios.
Sabemos que nuestro padre fundador decía que es la caridad
la que abre los ojos de la fe. Es la caridad de la Navidad la que nos abre
los ojos para reconocer a Jesús, para reconocer en Él al Hijo de Dios hecho
hombre, para reconocer en Él el rostro del Padre que está en el cielo y el
rostro de cada hermano que está en la tierra.
Mi felicitación, pues y que la caridad de Dios manifestada
en la Navidad pueda abrirnos los ojos de la fe, los ojos de la caridad y los
ojos de la esperanza.
Y la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, descienda sobre nosotros y permanezca siempre.
¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!

Don Flavio Peloso,
FDP
(Superior general)
[1] Había comunicado algún punto de reflexión durante la
reunión de Directores de las Provincias italianas, en el Centro Mater Dei de
Tortona, dedicada a “Directores hoy en un mundo que cambia”.
[2] El
tema comienza a ser bastante estudiado; se vean, por ejemplo, en Don Orione
y el Noveciento (Atti del Congreso de Estudio, Roma 1-3 de marzo de 2002,
Rubbettino, Soveria Mannelli, 2003) las contribuciones de Giovanni Canestri,
Don Orione incontra l’Italia, 99-114; Antonio Sagrado Bogaz, Don
Orione incontra il Brasile, 115-140; Enzo Giustozzi, Don Orione in
Argentina, 143-160; Anzelm Weiss, Don Orione incontra la Polonia,
161-178; Roberto Simionato, Ragioni e atteggiamenti dell’abbraccio dei
popoli, 179-198.
[3]
Scritti 75, 242.
[4] Por “obras de caridad” entendemos toda la basta gama
de obras indicadas por Don Orione en el famoso Capítulo 1 de las Constituciones
de 1936 y las otras que “según las necesidades de los países y de los
tiempos, agradara a la Santa Sede indicarnos, como las más aptas” que
surgieron en las diversas naciones. Ver la Carta circular “Cuáles obras de
caridad? : Atti e comunicazioni 2005, n.217, p.111-132.
[5] Reflexioné sobre este tema fundamental para nuestro
carisma en la circular “¿Cuáles obras de caridad?”.
[6] Son cualificaciones muy recurrentes. Ver en
particular las Decisiones 16 y 17 y la Línea operativa
20.
[7] “Quede bien determinado que la Pequeña obra es
para los pobres” : Atti e comunicazioni 2010, n.231, p.
3-11.
[8] Ver el art. 36 de las actuales
Constituciones.
[9] “La pobreza debe ser el muro firme de defensa de
la Congregación. Cayeron y se cerraron Congregaciones ilustres fundadas por
Santos, Congregaciones que tuvieron un florecimiento de hombres de Dios en otros
tiempos, ilustres por la piedad, ciencia y espíritu de observancia religiosa;
cayeron porque habían dejado la observancia de la pobreza”; Spirito di
Don Orione V, 73-75. Cfr. L I, 558; Riunioni, 58, cfr
también 77.
[10]
Recuerdo y comparto cuanto observaba el P.
Ignacio Terzi sobre el futuro del carisma, que no puede venir a menos ya que
está centrado en los sujetos Papa y Pobres. En efecto “los pobres los tendrán
siempre con ustedes” (Mt 26, 11) y de la Iglesia se dijo que “Tú eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella” (Mt. 16,18). Y por lo tanto habrá siempre necesidad de
la caridad que une los Pobres a la Iglesia y al Papa. La Congregación tendrá
futuro si vive su carisma que tiene futuro.
[11]
Este concepto fue profundizado en la
Circular Vida Religiosa: al centro, en primera línea: Atti e
comunicazioni 2005, n.215, p.283-310.
[12]
Spirito di Don Orione II, 71.
[13]
Scritti, 108, 55.
[14]
“Los Hijos de la Divina Providencia
viven de la gracia de Dios, de la vida de trabajo y de pobreza, solo, debemos
ser para los pobres, para los más pobres, para los rechazados, para los
desamparados de la sociedad”; Spirito di Don Orione V,
107.
[15]
El art. 119 de las Constituciones:
“Dedicados a los pobres y necesitados, queremos considerar un privilegio servir
a Cristo en los más abandonados y rechazados”. La Norma 120: “El espíritu de
caridad propio de Don Orione debe llevarnos a resolver los casos urgentes y
conmovedores que la Providencia pueda enviarnos, también a costa de riesgos e
incomodidades. En los centros mayores deberá estar disponible un local para
hospedaje nocturno de emergencia. En la aceptación, daremos precedencia absoluta
a los casos más pobres, sin dejarnos condicionar por consideraciones
económicas”.
[16]
Scritti 64, 322.
[17]
Significa meta, fin, objetivo.
[18]
Mencionado en Lettere I,
11-22.
[19]
Las Pequeñas Hermanas Misioneras de la
Caridad emiten el cuarto voto “de caridad” para unir al Papa y a la Iglesia y
así Instaurare omnia in Christo; cfr art.3 e 45 de las
Constituciones.
[20]
Los Hijos de la Divina Providencia
disminuyeron a menos de 1000 miembros, después de que por treinta años se
mantuvieron entre 1000 y 1100. Actualmente son 925, con una disminución de 40-50
miembros en el sexenio pasado y esto se repetirá probablemente también en el
actual sexenio, a causa del aumento de los fallecidos (muchos entrados en el
tiempo de Don Orione), de los abandonos y del numero de ingresos (112 profesos
perpetuos en el último sexenio).
[21]
Tal expresión se repite en los textos
carismáticos más importantes: en el “Plan y programa” de 1903, en el “Capítulo
1” de las Constituciones de 1936 y el art. 5 de las actuales Constituciones
nuestras de 1988. Los textos se pueden encontrar también en Tras las huellas
de Don Orione, pp. 233-235 e 295-298.
[22]
Los Hijos de la Divina Providencia
disminuyeron a menos de 1000 miembros, después de que por treinta años se
mantuvieron entre 1000 y 1100. Actualmente son 925, con una disminución de 40-50
miembros en el sexenio pasado y esto se repetirá probablemente también en el
actual sexenio, a causa del aumento de los fallecidos (muchos entrados en el
tiempo de Don Orione), de los abandonos y del numero de ingresos (112 profesos
perpetuos en el último sexenio).
[23]
Solamente en Italia, en 1965 los
religiosos eran 802, mientras actualmente en Italia son 221 religiosos. En 1965,
eran más de 2/3 del total de religiosos; ahora los italianos son el 31,8 % de
los religiosos, de los cuales 7,1 % están en otras naciones. Crecieron otros
polos de presencia consistente: Brasil (215), Argentina (110), Polonia (101),
Africa (89), medio-pequeña: España (23), Madagascar (23), Chile (22), India
(16), Filipinas (12), Rumania (11), Venezuela (10), Uruguay (8), Paraguay (8);
pequeña (naciendo o disminuyendo): USA (6), México (7), Kenia (10),
Inglaterra(6), Albania (6), Mozambique (5), Bielorussia (4), Jordania (4),
Ucraina (3), Irlanda (2).
[24]
Aquí se entiende las vocaciones orionitas
laicales y no simplemente los laicos colaboradores a pesar de estar bien
formados en el carisma. Un laico es de vocación orionita cuando asume el
carisma orionita como espiritualidad propia y modo de ser, expresado en el
testimonio y la pertenencia. El crecimiento de las vocaciones orionitas
laicales no es claramente definible en cantidad y calidad, pero ciertamente es
un fenómeno nuevo, confortante y global de nuestra
congregación.
[25]
Carta a los cohermanos del Brasil,
12.1.1930; Lettere II, 76.
[26]
Don Orione se refería a Génesis 33.

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