16.07.2012) El 16 de julio de 1900, en las puertas del
Santuario de la Santísima Cruz de los Milagros de Corrientes, la Imagen
Taumaturga de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, traída en
barco desde su trono en una marcha cargada de hondo sentimiento, fue
solemnemente coronada por el Obispo de Paraná Monseñor Rosendo de la Lastra y
Gorillo, ante los Obispos del país, de Paraguay y Uruguay. El Presidente de la
República, Gral. Julio Argentino Roca, de puño y letra, envió una misiva;
asistieron o enviaron representaciones mandatarios provinciales. Apadrinó el
acto el Gobernador de Corrientes y fue Madrina Da. Josefina Hardoy de Gallino,
Presidenta de la Comisión Central de Damas.
La corona impuesta sobre las sienes de la Imagen de la
Virgen, había sido concebida por Forment Maurice como una exquisita joya al
estilo de las coronas imperiales del Renacimiento, en oro, con incrustaciones,
en sus engarces, de amatistas y topacios de gran tamaño, y dibujos
afiligranados de artística expresión.
Al momento solemne de la Coronación, ante una multitud que
llenaba el atrio del Santuario, la plaza adyacente y la manzana siguiente,
sonaron cañonazos en el puerto de la ciudad, bombas de estruendo, se soltaron
palomas y repicaron jubilosamente todas las campanas de las Iglesias de la
ciudad de Corrientes, en el preciso momento en que el Obispo de la Lastra y
Gordillo, a nombre de S.S. León XIII, colocaba sobre las sientes de la Virgen,
la corona ante el llanto incontenible de la muchedumbre emocionada asistente al
acto.
Después sobrevinieron los festejos que siguieron por varios
días y no concluyeron sino hasta el retorno final de la Imagen de la Virgen a
su trono del Santuario de Itatí, terminando así el suceso más notable y
conmovedor de una época.
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